El Servicio Meteorológico Nacional advirtió que una nube de humo proveniente de incendios forestales en Bolivia, Brasil y Paraguay se desplazó y llegó hasta territorio argentino, afectando la visibilidad inclusive hasta la zona de la Capital Federal, afectando varias provincias del norte y hasta el centro este del país. Esto no es nuevo, Argentina se encuentra actualmente en situación de emergencia ígnea y la problemática de la creciente cantidad de focos de incendios forestales, rurales, de pastizales en nuestro país se reitera año tras año.

Los focos de incendios tienen múltiples motivos, y las acciones humanas son responsables del 95% de los casos. La proliferación de los incendios también se explica por el cambio climático: altas temperaturas, intensas sequías, bajos niveles hídricos. Todas estas condiciones hacen que los territorios sean más propensos a incendios o que éstos se propaguen más rápidamente.

El material particulado de los incendios forestales puede viajar hasta 1.000 km y, por lo tanto, representar una amenaza para la salud respiratoria en un área amplia. Las emisiones incluyen además monóxido de carbono; óxidos de nitrógeno, incluidos NO2 y óxido nítrico; y compuestos orgánicos volátiles.

Peligro respiratorio
Estas emisiones producen inflamación que empeora las enfermedades respiratorias crónicas como el asma bronquial y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, cambios genéticos que pueden desencadenar cáncer, aumentan el riesgo de infecciones respiratorias, y tienen efectos directos sobre los ojos, nariz, la piel y otros órganos. Muchas enfermedades respiratorias, incluidas el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, se desencadenan por factores ambientales.

Recomendaciones de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria
Las personas más vulnerables a los efectos adversos del humo de los incendios forestales incluyen a los mayores de 65 años, las personas con afecciones cardíacas o respiratorias preexistentes, las personas de áreas socioeconómicas más bajas y los niños debido a su sistema respiratorio menos maduro, y mayor frecuencia respiratoria en relación con el tamaño corporal.

El impacto del humo es claramente hoy visible a través del aumento de hospitalizaciones, visitas al departamento de emergencias y uso de medicamentos para el asma. Por eso desde la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria acercamos recomendaciones para toda la población:

* Mantener puertas y ventanas cerradas.
* Al aire acondicionado encenderlo cerrando la entrada de aire exterior, y mantener el filtro limpio para evitar que entre el humo.
* Mantener la buena calidad del aire interior. No aumentar la contaminación del aire de adentro.
* No fumar tabaco ni ningún otro producto, ya que con ello aumentará la contaminación del aire.
* Si las concentraciones de humo son altas, no encender nada que queme como, por ejemplo, velas o chimenea.
* No pasar la aspiradora porque esto mueve las partículas que ya hay en casa.
* Si tiene asma u otra enfermedad pulmonar o cardiovascular, tomar sus medicamentos y llamar al médico si sus síntomas se agravan.
* Al salir usar barbijo. Los barbijos contra el polvo no son suficientes, no protegen a los pulmones contra el humo. Las mascarillas “N95” brindarán algo de protección cuando se usan adecuadamente.
* Evitar o minimizar las actividades recreativas y/o deportivas al aire libre.

Situación climática e incendios recurrentes
Un hecho fundamental a resaltar es que aproximadamente un 21% del territorio argentino está compuesto por humedales y los incendios presentan un riesgo enorme a estos ecosistemas que ayudan a mitigar los efectos que provocan las sequías, previniendo los focos de fuego. Son barreras naturales que ayudan a prevenir el avance de las llamas. Son clave para reducir los efectos de la crisis climática porque aportan diversidad biológica y cultural, son fuentes para el almacenamiento de carbono, ya que retienen más gases de efecto invernadero; almacenan agua y así amortiguan los impactos de las lluvias, fundamental para el control de las inundaciones.

Por todo esto, la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR) expresa preocupación por los incendios recurrentes en distintas geografías del país, y el impacto en la salud respiratoria en particular, y considera necesaria la concientización del problema, priorización del mismo y la toma de decisiones en las esferas que correspondan para contener esta situación que enferma a la sociedad.

Un enfoque federal de esta situación es mandatorio por ello convoca a generar una agenda que contemple estrategias a corto y largo plazo focalizada en este importante problema sanitario que representa una amenaza para la salud respiratoria.

La AAMR propone el relevamiento del conocimiento social del tema, actividades de educación, concientización y trabajos de investigación que pongan de manifiesto su impacto sobre la salud.

* Prevenir emergencias
La temporada veraniega en Europa fue tortuosa, no solo en calor, sino en incendios. Eso se debió tomar como antecedente para prevenir tragedias en todo el territorio argentino. Sin embargo, hasta ahora, no se tomaron las previsones necesarias para evitar incendios de campos y forstales en el país. Entre las necesidade básicas a tener en cuenta para prevenir es el aumentar reservorios de agua, establecer contrafuegos parta proteger los pueblos y cultivos. Tener herramientas necesarias para combatirlos y una estricta vigilancia como también penalizaciones para que cesen los incendios intencionales, entre tantas otras medidas que se deben tomar a nivel nacional como provincial.

Por Dani Mascaro, Yanina Garasto y
Florencia Lanfranco – Asociación
Argentina de Medicina Respiratoria
(AAMR) Prensa