Según nuevos datos compilados por la OIT muestran que, al ser consideradas conjuntamente, la actividad de las microempresas y las pequeñas empresas, sumada a la de los trabajadores por cuenta propia, resulta que alcanza la asombrosa tasa del 70% del empleo mundial. Esa es la importancia de las pymes para mejorar la economía de cada individuo y de sus localidades para prosperar. Es por eso que en la actualidad se requiere de políticos con sentido común que, aunque tengan la distintas ideologías, deben promover el bienestar general tal cual lo anuncia en el Preámbulo la Constitución Nacional de Argentina.
Es indudable y a la vista está que a nivel mundial, el generador de trabajo y de la fuerza laboral está en las pymes, que son las que brindan empleo a millones de personas ávidas de prosperar, mientras se capacitan para ejercer actividades en el ámbito del servicio, la producción de diversos productos y la manufacturación, entre tantas actividades que ofrece el sector.
Política de sinceramiento
Es necesario hablar también de que a través de los medios de comunicación, los ciudadanos podemos observar las conductas colectivistas de los legisladores, nacionales, ya sean senadores como diputados, queriendo imponer pensamientos y agendas propias o sectoriales que impiden avanzar en enriquecer la economía macro (es decir, de todo el país) como la micro (de cada individuo o ciudadano). Debemos tener una política de sinceramiento moral en el país.
Es que el potencial que ofrecen las pymes es mayúsculo. Por eso es necesario reinvindicar a quienes tienen el deseo de crecer, de generar empleo y riquezas para la provincia, el país y para sí mismos. Es absolutamente necesario bajar y/o eliminar impuestos y leyes que conspiran contra la pequeñas y medianas empresas que ofrece la posibilidad de trabajo tanto para hombres y mujeres ávidos de ganar el pan dignamente. Es por eso la insistencia de que la denominada clase política debe despojarse de egoísmos, personalismos y sed de poder para trabajar unidos, solidarios y por amor al más grande de los intereses que es el de la Nación Argentina. Es aquí y ahora cuando se debe demostrar que ser político tiene que ser un honor y no estar bajo sospecha de corrupción.
Trabajar unidos
El país necesita que todos sus ciudadanos trabajen unidos, en armonía y con el objetivo de crecer como sociedad. El trabajo dignifica al ser humano y este sector tan sufrido y castigado de las pymes, necesita “resucitar” de sus quebrantos para ser un faro en estas situaciones prolongadas de crisis económicas.
Pese a ello, también es verdad que las pymes continúan enfrentándose con sustanciales desafíos en lo que concierne a las condiciones de trabajo, productividad y nivel de informalidad de sus actividades debido a leyes que privilegian los juicios laborales, de la cual se hizo una industria.
El poder económico está entrelazado con el poder político, pero además con ese ámbito obrero o empresarial, que ha de estar al cuidado del medio ambiente, de los pobres y sobre todo de esos jóvenes en permanente actividad. A mi juicio, a esto hay que sumarle, la innovación del empresario al cuidado de este techo colectivo, aparte de que uno por sí mismo tiene que ser algo para poder hacer chispa.
Indudablemente, todo requiere esfuerzo y trabajo continuo. Lo fundamental radica en centrarse en las personas, en concentrar el esfuerzo para impulsar la transformación razonable. Teniendo en cuenta el bienestar de la ciudadanía y dando prioridad a la participación integradora, es lo que nos garantiza que los nuevos sistemas se adapten y contextualicen con las raíces, las necesidades personales e institucionales.