La tecnología educativa debe fortalecer al sistema y estar alineada con los objetivos de aprendizaje.
La implementación de nuevas tecnologías y sobre todo de la inteligencia artificial (IA) en la educación, plantea desafíos en términos de equidad y acceso a equipos y recursos. Aunque la educación está cada vez más ligada a la conectividad como condición necesaria, pero no suficiente, para mejorar los sistemas educativos, esta última no es igual para todos. A nivel global, solo un porcentaje limitado de escuelas tienen acceso a Internet: el 40% en primaria, el 50% en primer ciclo de secundaria y el 65% en segundo ciclo. A pesar de esto, la mayoría de los países de LATAM cuentan con leyes o políticas destinadas a mejorar esta situación. La aplicación de la tecnología digital varía en función del nivel socioeconómico de la comunidad, la disposición y preparación del docente, el nivel educativo y los ingresos del país.
El informe GEM 2023 elaborado por la UNESCO, sostiene que los sistemas educativos deben garantizar siempre que los intereses del alumnado se sitúen en el centro y que las tecnologías digitales sean utilizadas para apoyar una educación basada en la interacción humana en lugar de pretender sustituirla. La prioridad deben ser los resultados de aprendizaje y no los aportes tecnológicos. Para ayudar a mejorar el aprendizaje, la tecnología digital debe complementar y no sustituir la interacción cara a cara con los docentes.
La tecnología tiene que potenciar los sistemas educativos y estar en sintonía con los objetivos de aprendizaje. Para ello, los gobiernos deben tener en cuenta entre varias cuestiones lo siguiente:
Enfocarse en cómo la tecnología digital puede respaldar a las personas en situación de vulnerabilidad para que todos puedan aprovechar su potencial, sin importar su origen, identidad o capacidades, y asegurar que los recursos y dispositivos digitales cumplan con estándares de accesibilidad reconocidos a nivel mundial.
Establecer objetivos nacionales de conectividad significativa a Internet en todas las escuelas, y orientar las inversiones para que docentes y estudiantes se beneficien de una experiencia en línea segura, productiva y accesible, en consonancia con el derecho a la educación gratuita.
En Argentina, en la actualidad, hay gobiernos que están liderando un proceso de transformación educativa incorporando recursos innovadores como herramientas complementarias para el aula. Matific, como recurso digital gamificado para la enseñanza y aprendizaje de las matemáticas -plataforma por la cual los chicos y chicas aprenden matemáticas por medio del juego-, es ejemplo en lo que refiere a políticas públicas en tecnología de la educación. Equipos de gobierno de gestión educativa encuentran en Matific , un instrumento pedagógico que entusiasma a los estudiantes y favorece aprendizajes significativos. A través de experiencias lúdicas, personalizadas y vinculadas con los contenidos oficiales nacionales, los docentes incorporan a Matific en su planificación y reciben informes permanentes del desarrollo y desempeño de cada trayectoria escolar.
“Estos juegos tienen una intención pedagógica, que les permite desarrollar sus capacidades en matemática y fomentar la comprensión lectora, por lo que creemos que Matific ha sido una de las mejores propuestas e inversiones educativas en todas las escuelas y jardines municipales”, sostienen directivos de escuela que han accedido a estos contenidos.
Por Florencia Romero
Coordinadora y Ejecutiva de cuentas
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