Los cultivos de hoja de coca están creciendo de forma alarmante en la tierra amazónica de Perú, que vive bajo amenaza de presuntos narcotraficantes que recientemente habrían asesinado a uno de sus líderes, dijo un dirigente de la comunidad.
Marcelo Odicio, representante del pueblo Kakataibo, reclamó una acción rápida de la policía y autoridades para expulsar a los “forasteros” y advirtió que tomarán con sus manos la justicia en caso de que no encuentren a los responsables del crimen.
“Estamos sufriendo el acecho del narcotráfico dentro de nuestros territorios ancestrales y alrededor de nuestras reservas”, dijo el dirigente en una conferencia de prensa.
El líder Kakataibo, Mariano Isacama, fue encontrado muerto el domingo en las orillas de un río de la región de Aguaytía, ubicada en la zona central amazónica del país, tras permanecer desaparecido durante casi tres semanas, informó la comunidad, lo que generó el inicio de una investigación de la fiscalía.
Isacama, de 35 años, había denunciando antes la presencia de traficantes de tierras en su comunidad, y recibió continuas amenazas de narcotraficantes que ofrecen a los líderes nativos dinero a cambio de que los dejen operar, dijo Odicio.
El dirigente manifestó que en los últimos cuatro años seis dirigentes Kakataibo han sido “asesinados”, y al menos 34 líderes de toda la región amazónica de Perú han muerto en la última década defendiendo sus tierras de bandas criminales.
“Nuestro hermano Mariano murió por proyectil de arma de fuego, tiene una herida craneana, según su necropsia”, agregó. La siembra de hoja de coca en la región de Aguaytia creció el año pasado un 2,6%, pese a que ésta se redujo en todo el país en el 2023 a 97.784 hectáreas, la primera baja después de siete años de aumentos consecutivos, según un reciente reporte de la agencia local antidrogas. También se teme que esta droga sea llevada a los demás países de la región para venderla.
> Cultivos en zonas sin control
Perú, uno de los dos mayores productoras de hoja de coca y también de cocaína en el mundo junto con Colombia, ha visto crecer estos cultivos en zonas sin mayor control como en las que viven los indígenas o en reservas naturales amazónicas.
Odicio dijo que los mismos nativos de Kakataibo han detectado laboratorios de cocaína en su territorio y hasta tres pistas clandestinas para avionetas que usan los narcotraficantes para traer sus insumos o sacar la droga que producen.
“Vamos a buscar a los responsables de la muerte de nuestro líder para entregarlo a las autoridades. Tenemos nuestra guardia indígena, contamos con flechas y lanzas, pero si no nos hacen caso vamos hacer justicia con nuestras propias manos”, advirtió.
El dirigente dijo que Kakataibo, con unos 5.000 indígenas, vive básicamente de la agricultura y la extracción forestal.
“Queremos que estos narcotraficantes, sean retirados para que podamos vivir en paz”, reclamó por su parte la presidenta de la federación de mujeres de Kakataibo, Jackeline Odico.
La siembra de hoja de coca es legal en Perú y se mastica para obtener energía o se consume como un té para evitar los efectos de la altura. Pero se calcula que el 90% de la cosecha termina en manos del narcotráfico, según la policía y analistas del tema.
Por Marco Aquino y Héctor Espinoza
Agencia Reuters