La llegada de fin de año y las fiestas trae aparejado una carga importante de compromisos, reuniones, cierres laborales y compromisos personales. Esta época del año suele ser una época de celebración y reuniones familiares, como también en la mayoría de los casos, un período de gran estrés y agotamiento.

El burnout y los trastornos del sueño son problemas de salud mental cada vez más frecuentes en nuestra sociedad. Durante los últimos años el término burnout está latente y se define como un síndrome caracterizado por el agotamiento emocional, físico y mental el cual es cada vez más frecuente en nuestra sociedad acelerada.

Un estudio reciente publicado en JAMA Psychiatry (2022) reveló que el insomnio aumenta el riesgo de desarrollar trastornos de ansiedad en un 50%. Esta relación bidireccional crea un círculo vicioso en el que el estrés y la ansiedad dificultan conciliar el sueño, y la falta de sueño, a su vez, intensifica el estrés y la ansiedad.

Argentinos con estrés crónico y agotamiento emocional

En Argentina, el Observatorio de Tendencias Sociales, Educativas y Empresariales de la Universidad Siglo 21 realizó un relevamiento el pasado mes de agosto, utilizando el Maslach Burnout Inventory (MBI) como método de medición para evaluar los indicadores de estrés crónico y agotamiento emocional. La investigación descriptiva, que emplea una metodología cuantitativa, señaló que los niveles de burnout de los argentinos se están incrementando sistemáticamente desde 2018 y que este año rompió record: lo padece 1 de cada 3 argentinos. Los datos de este estudio realizado durante el primer trimestre de 2024 a 1.050 personas de diversas ciudades, revelaron que el 32% de los encuestados está tan cansado que no puede realizar otras actividades tras el trabajo. La cifra marca un aumento porcentual de 10 puntos con respecto al año anterior. Además, el 24% señaló que no puede relajarse después del trabajo y que le cuesta cada vez más iniciar una nueva jornada laboral.

Relación del Burnout y el sueño

La calidad del sueño y el síndrome de burnout están estrechamente relacionados:

* Las personas con mayor burnout y problemas de sueño tienen menor bienestar psicológico.

* Los niveles altos de burnout se asocian con somnolencia diurna excesiva y mala calidad del sueño.

* La falta de sueño es uno de los principales contribuyentes al síndrome de burnout.

* Mejorar el sueño puede ayudar a recuperarse o incluso prevenir el síndrome de burnout.

La relación entre el sueño y el burnout puede ser bidireccional. Por ejemplo, el síndrome de burnout puede contribuir al insomnio, ya que las personas con burnout pueden experimentar un estado de alerta elevado, opuesto al estado necesario para dormir profundamente.

Por otro lado, la falta de sueño o un sueño de mala calidad puede generar estrés, lo que afecta el bienestar emocional y el rendimiento en el trabajo.

Conscientes de esta problemática, Calm es Simple insiste en promover la importancia de un descanso reparador como pilar fundamental para prevenir el burnout y mejorar la salud con colaboración del Instituto de Enfermedades del Sueño (IES). “Nuestro enfoque en el IES es integral y personalizado al momento de abordar al paciente, centrándonos en los principios actuales de las 4P: participativa, preventiva personalizada y predictiva”, indica la especialista en sueño del IES Sofia Lara Lujan.

“Nuestro objetivo es crear espacios donde las personas puedan desconectar del estrés diario y disfrutar de un descanso reparador. Al adquirir un colchón Calm es Simple, los pacientes obtienen un código único que les permite acceder a una consulta gratuita con un especialista del sueño del IES. Es necesarios que los pacientes no solo tengan un espacio cómodo para dormir, sino también el conocimiento y las herramientas necesarias para mejorar su calidad de sueño a largo plazo.”, dijo Matias Burstein, CEO de CALM.

Un buen descanso es esencial para el correcto funcionamiento del organismo. Durante el sueño, el cuerpo se regenera, consolida la memoria y fortalece el sistema inmunológico. La falta de sueño puede provocar irritabilidad, dificultad para concentrarse, disminución del rendimiento y, a largo plazo, aumentar el riesgo de enfermedades como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.

Consejos para prevenir 
* Priorizar el descanso: Dedicar tiempo cada día para relajarte y desconectar.
* Establecer límites: No sobre cargarse de compromisos y aprender a decir que no.
* Cuidar la alimentación: Una dieta equilibrada proporciona la energía necesaria.
* Hacer ejercicio regularmente: La actividad física ayuda a reducir el estrés y mejorar el sueño.
* Conectar con la naturaleza: Pasar tiempo al aire libre y disfrutar de la naturaleza.