Militaba yo en otro partido político de ideología similar cuando él vino a San Juan trabajando en su campaña.

Fui a verlo a una conferencia que dio en el viejo cine Gran Rex, frente al Diario de Cuyo. En una hora y media trató con maestría el tema Estado de Derecho. citando a más de 40 tratadistas. Fue una clase magistral, pero lo que más me impresionó fue esa imagen de gran hombre, de hombre bueno sincero y de estadista.
Ganó las elecciones presidenciales con amplia mayoría, al peronismo de Luder que prometia una amnistia total a los actores del Proceso, cualquiera sea su actuación.

Él quiso juzgarlos por sus propios pares, quienes se negaron a hacerlo, por ello debió propiciar el juzgamiento por tribunales civiles, quienes condenaron a las cúpulas y a los cabecillas de la asesina guerrilla que inició estos enfrentamientos fratricidas e irresponsables.

La historia tiene escrito que llegado el inefable Menem al poder los indultó a todos.

Alfonsín fue recibido en el gobierno por los golpistas de siempre como un delincuente: le hicieron 3 huelgas generales; bajo el pretexto de que era un vendepatrria, por boca de Eduardo Menem en el Congreso, no le permitieron achicar drásticamente el estado elefantiásico que le dejó el Proceso y que era imposible mantener sin emisión monetaria.

Carlos Menem llegó al poder y regaló el Estado. Dos militares peronistas, los carapintada Aldo Rico y Seineldin le hicieron cuatro golpes de estado; algún sector fundamentalista de la iglesia le hizo la vida imposible por su ley de divorcio vincular que gran parte sociedad venía pidiendo; como si esto fuera poco, los delirios del grupo ERP de Todos por la Patria comenzó a despedirlo con el sangriento copamiento del regimiento de La Tablada. Su vocación de paz dejó para los tiempos su obra ‘Nunca Más”, con participación de las personalidades más respetadas del momento.

Ante semejante cuadro de acosos y desestabilización la inflación hizo estragos. Una de las habituales frutillas del postre la puso Duhalde, quien no hace mucho reconoció ser el artífice de las tomas de supermercados, una de sus ‘habilidades”.

Pero la dura y salvaje crónica no termina alli: ‘Todos los días practicó pegándole piñas a un muñeco con la imagen de Alfonsin”, dijo el presidente Javier Milei.
Sin embargo, no obstante todo lo que a este gran hombre le hicieron y que provocó su salida anticipada del gobierno, hoy es reconocido como el Padre de la Democracia. La única verdad es la realidad, decía otro presidente.

Por el Dr. Raúl de la Torre
Abogado, escritor, compositor, intérprete