Sacar a pasear la memoria musical de Mozart, sus duendes y otros ilustres del clasicismo por la Ciudad de San Juan es una pulcra locura que comenzamos a vivir los sanjuaninos hace algo más de cuatro décadas, de la mano del reconocido médico y hombre de la Cultura, Carlos Fagale, y con la anuencia de la fundadora y presidenta de Mozarteum en Buenos Aires, Jeannette Arata de Erize. Durante más de medio siglo, esta pionera de la difusión y educación de la música artística de tradición académica trabajó intensamente, tanto que en los comienzos, año 1956, ya había puesto su propia casa de la Capital Federal para iniciar los primeros conciertos, hasta que, ante la multiplicación de adherentes e interesados en disfrutar de una programación, su proyecto pasó a una sala especial del centro de la Ciudad Autónoma, naciendo formalmente Mozarteum Argentino. Y más de un siglo antes, lejos de aquí, en la Salzburgo de Wolfang Amadeus Mozart, otra mujer, Constanze, viuda del gran músico, decidió crear precisamente Mozarteum en 1841 como escuela superior de música, sin imaginar su inmediata y brillante proyección internacional.
Esta obra sobre el Mozarteum, que acaba de presentarse, es una joya retórica que deleita y conmueve a los ojos con un sinnúmero de impactantes fotografías de los artistas, todos descollantes, que pasaron por el escenario del “Victoria”, pero también del teatro “Sarmiento” y el teatro del Bicentenario.
Grandes gestores de un sueño
Volviendo a San Juan, imaginamos que los sanjuaninos tuvimos un poderoso secreto para terminar de convencer a Jeanette, sumado a la gestión felizmente obstinada de Fagale: el flamante Auditorio “Juan Victoria”.
Desde su apertura, seguimos expresando un gloria cerrado hacia sus creadores, en primer lugar al ingeniero Juan Victoria, gestor de la financiación y construcción del magno edificio, junto a los cualificados arquitectos Mario Pra Baldi, Carmen Renard y Eduardo Caputo Videla. Ellos concretaron el diseño y trabajaron al unísono con Victoria, y a los que se sumó el ingeniero Federico G. Malvares, responsable de la acústica de la sala que, a la sazón, superaba a la del mítico Teatro Colón. Este dato tan importante está mencionado en el libro de las cuatro décadas de la institución, “Mozarteum Argentino, San Juan, 1982-2023”: “La reconstrucción de la Ciudad tras el terremoto de 1944, no descuidó el lugar que la música ocupa en el espíritu de las sociedades cultivadas, y de ese modo se proyectó un templo musical digno de la nueva urbe que se estaba gestando”.
Una joya retórica que deleita y conmueve
Esta obra sobre el Mozarteum, que acaba de presentarse, es una joya retórica que deleita y conmueve a los ojos con un sinnúmero de impactantes fotografías de los artistas, todos descollantes, que pasaron por el escenario del “Victoria”, pero también del teatro “Sarmiento” y el teatro del Bicentenario.
Hablamos de orquestas, ballets, primeros bailarines, en varias ocasiones Julio Bocca y su grupo de baile, grandes pianistas, galas líricas, recitales, impresionantes comedias musicales, la Orquesta Sinfónica y Coro Universitario de la UNSJ, Camerata San Juan, los más destacados ballets argentinos, comenzando por el Estable del Teatro Colón, del Teatro San Martín; estrellas de la música clásica y el jazz, la inmensa mayoría provenientes de Italia, Francia, Austria, Alemania, España, Reino Unido, Suecia, Bélgica, Suiza, Hungría, Polonia, Rumanía, Ucrania, de las renacientes republicas Checa y Eslovaquia, Rusia, Canadá, Taiwán, Brasil, Japón, Israel, China, Uzbekistán, Venezuela y Chile.
Bella pléyade de sanjuaninos
Y si hablamos de los 40 años, ya 42 de Mozarteum San Juan, debemos hablar también de esa bella pléyade de sanjuaninos que acompañaron su fundación con tanta generosidad y esmero, y citados todos bajo el titulo de “Las Bases”: Socios Fundadores, Comisiones Directivas, Socios Protectores y Auspiciantes.
Al final, se hace una referencia a las Becas, “una inversión a largo plazo, un estímulo a los jóvenes talentos, así como otra expresión del compromiso de Mozarteum con la sociedad”.
A su vez, el brillante prólogo explica también que San Juan, “pese a su condición más marginal y aislada del gran panorama cosmopolita porteño, buscó estar a la altura de este progreso cultural, a sabiendas también de las evidencias ciertas de que la música estuvo presente en la cultura sanjuanina desde la misma conquista y se consolidó durante el periodo colonial”.
Arpa, guitarra y violín
Y la historia provincial, precisamente, registra los testimonios de la existencia y uso de los tres primeros instrumentos musicales que llegaron a San Juan y con los que se contaba en 1810 con el primer grito de Libertad: el arpa, la guitarra y el violín.
Por supuesto, se citan los periodos institucionales registrados hasta ahora y encabezados sucesivamente por Carlos Fagale (1982-2012), Eduardo Savastano (2013-2016), Sergio Gurguí (2017-2018), Patricia Aguilar de Marún (2019-2020), y Claudio Feldman (2021-2023).
“Mozarteum Argentino San Juan” fue editado e impreso gracias al aporte de Mecenazgo 2022, Ley 2.197-F, Gobierno de San Juan, Fundación Banco de San Juan y Banco de San Juan.
Por Luis Eduardo Meglioli
Periodista