Nicolás Maduro, que llegó al poder al hace 11 años tras el fallecimiento del expresidente Hugo Chávez, no parece considerar que pueda perder las elecciones de mañana, que le darían un tercer mandato y extenderían a un cuarto de siglo el Gobierno socialista.

Maduro, de 61 años y quien llegó a la presidencia en 2013, después de la muerte de Chávez y fue reelegido en 2018 en una votación que la oposición y muchos países consideraron fraudulenta, se ha mostrado confiado, aunque el opositor Edmundo González dice que tiene ventaja y la situación económica es difícil.

“Este Consejo Nacional Electoral tiene aquí en sus manos los resultados oficiales: con el 90% del computo de las mesas el candidato Nicolás Maduro obtiene una victoria irreversible”, leyó Maduro con mucha seriedad un papel, simulando el anuncio de los resultados, durante un acto de campaña.

González, un exdiplomático de 74 años, fue nombrado candidato de la coalición opositora después de que se inhabilitó a María Corina Machado, la ganadora de las primarias de la oposición. Otros nueve candidatos también están en la papeleta.

Maduro ha dicho que su victoria será un regalo para Chávez, en el día en que habría cumplido años.

Durante el Gobierno de Maduro la economía se ha contraído durante años y los venezolanos han soportado una voraz hiperinflación, que empujó a millones a emigrar. Sin embargo, luego logró controlar la espiral alcista de precios y dice que en 2024 se espera un crecimiento económico de un 8%.

Aún así, casi el 82% de los venezolanos vive en la pobreza y el 53% en la pobreza extrema, con ingresos insuficientes para acceder a una canasta básica de alimentos, afirmó en febrero un relator especial de la ONU al término de una visita.

Baño de sangre
Muchos críticos lo acusan de autoritarismo, de liderar un régimen dictatorial y de mantener en prisión a políticos opositores y de perseguir a simpatizantes de la oposición, así como de no permitir la libre participación en los comicios mediante prohibiciones electorales a candidatos.

Maduro, cuyo rostro aparece en 13 de las 38 casillas de la boleta electoral, niega las acusaciones y dice que garantiza la paz y un nuevo período de crecimiento en el que Venezuela ya no dependerá exclusivamente de la renta petrolera.

Casi el 58% de los ingresos del país en 2024 procederán del petróleo, pese a la escasa producción del sector, de acuerdo con cifras oficiales.

“El 28 de julio, si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil (…) producto de los fascistas, garanticemos el más grande éxito, la más grande victoria”, dijo Maduro la semana pasada en una tarima, durante un acto electoral.

Por Deisy Buitrago
Agencia Reuters