De a poco se van quitando los techos de cañizo, barro y palos de álamo, como se acostumbraba a construir las casas desde principios del siglo pasado. Le seguirán los gruesos adobes hechos de barro y paja. Cada material de construcción con la que se levantó esa casa, son mudos testigos de tiempos pretéritos de casi un siglo de ver pasar la historia de San Juan, como quizás tantas edificaciones que superaron los embates de la naturaleza con los movimientos sísmicos.

Precisamente esta casa está ubicada en en la capital sanjuanina, más precisamente en calle General Acha norte, en el “Pueblo Viejo” de concepción.

De grandes adobes, de caña y barro, con un frente sobrio, solo de dos puertas y dos ventanas, enfrentó la violencia del terremoto del l5 de enero de 1944. Quizás todavía existan en algunos lugares de la provincia, viviendas que pudieron resistir a semejante bravura de la naturaleza manifestada en un terremoto.

Su firmeza de sus adobones aferrados al suelo de donde salió el adobe, no cedió y hoy son los testigos que si hablaran nos enteraríamos y conoceríamos a un San Juan de antaño, de gloriosas épocas.

De grandes adobes, de caña y barro, con un frente sobrio, solo de dos puertas y dos ventanas, enfrentó la violencia del terremoto del l5 de enero de 1944. 

>Una casa histórica sin fama popular
No fue como de esas casas con dueños ilustres como fueron los próceres de la patria. Simplemente fue una casa que fue usada por ciudadanos comunes en distinto tiempo, que vio pasar la historia.

El primer dueño fue Domingo E. Castro, quien fuera empleado de comercio. Hoy, al escuchar los martillos y demás herramientas demoler las paredes de esa antigua casa, se escuchan quejidos de las paredes y el escape de tierra, como liberándose de haber vivido tanto, y no poder contar sus vivencias de los terremotos de 1944, 1977 y demás acontecimientos que sucedieron en su vida de hogar.

Como antiguo vecino, esta antigua vivienda, que hoy la modernidad no perdona, pude ver como cobijó en distintos momentos de la historia a distintas familias que supieron alquilar esa vivienda.

Esta construcción supo poner en valor ese sector de calle General Acha, en Concepción, cuando las palmeras en su boulevard hacían una calle con belleza propia.

Es difícil sintetizar décadas de existencia, toda una vida, donde los recuerdos son muchos que siempre queda alguno que se quiere colar como parte de su historia.

Entre tantos recuerdos allí estuvo un comité de La Unión Cívica Radical, también se instalaron talleres de costuras, y otros negocios que alimentaron el movimiento social en su interior.

Vieja Casona que guardaste entre tus paredes muchos momentos de alegrías o de tristeza. Hoy te tocó decir “hasta aquí llegué”, cumplí mi ciclo y el modernismo dará a luz a lo nuevo que me hará sentir nostalgia por un pasado que no volverá, pero que solo quedará en las mentes y corazones de los sanjuaninos más añosos, y la transmisión de boca en boca de una historia que también forma parte de la historia de San Juan.

Por Leopoldo Mazuelos Cortz
DNI 5.543.908