El fenómeno del cambio climático, que alguna vez se vio tan lejano, a tal punto que hizo pensar que nunca sería un problema en San Juan como Argentina, La realidad muestra que no sólo afecta las condiciones ambientales y de temperatura, sino que también incide en la producción de alimentos, un tema que si bien repercute en todos es mucho más sensible cuando incide en la población infantil, por su vulnerabilidad y por su futuro como adultos.

El clima incide, por ejemplo, en la sequía en el sector Sur de la región, que comprende la mayoría de los países latinoamericanos y en la Argentina a varias regiones, entre ellas la cuyana, donde la escasez de agua para el riego de los cultivos se hizo sentir las últimas temporadas.

A consecuencia de esta misma situación hay zonas como la denominada “Corredor Seco Centroamericano” que a causa del cambio climático hay miles de niños que apenas pueden comer una o dos veces al día y esto es porque en los últimos cinco años, la cantidad de pollo, arroz, pan, papas y verduras disminuyó en cada comida, según un análisis de World Visión Internacional.

Si bien hay zonas más afectadas que otras, por lo general, las sequías tienen un efecto directo sobre los cultivos y crianza de animales, por lo que la producción de carne disminuye hasta afectar la dieta que deberían recibir los niños.

En la zona de los Andes, las sequías se originan por las escasas nevadas en la cordillera, algo que esta temporada se presenta un poco mejor ya que con los primeros fríos hubo una buena cantidad de nevadas, lo que hace suponer que los escurrimientos en verano serán más abundantes, ayudando en una situación bastante compleja para las provincias argentinas cordilleranas.

Migraciones masivas
Este panorama también provoca otro fenómeno preocupante que incide en el bienestar de los niños. De muchas zonas de Latinoamérica se producen migraciones masivas, ya sea de padres o de familias enteras que se trasladan en busca de mejores condiciones, generalmente hacia el Hemisferio Norte. Los expertos señalan que la gente deja sus casas porque el cambio climático ejerce presión sobre los medios de vida de la familia.

Las malas situaciones económicas obligan a los padres a comprar lo básico para vivir, por ejemplo, alimentos, medicinas y ropa, y en ocasiones comparten la comida con las familias que tienen menos.

Por el cambio climático, se han secado pozos y fuentes de agua de comunidades, así que el agua cada vez es más escasa. Esto afecta la disponibilidad de alimentos tanto en cantidad como en calidad.

Región de Cuyo
En la región cuyana el fenómeno no se da tanto a través de las migraciones hacia otros países, pero si se manifiesta en que cada vez hay menos gente viviendo en la zona rural árida. Lugares en los que antes había un pequeño poblado como la Colonia de Tucunuco, en el departamento Jáchal, en el que se cultivaban todo tipo de productos de chacra, han desaparecido a consecuencia de la sequía y por un proceso de migración hacia centros más poblados o las principales ciudades de San Juan.

Lo mismo sucedió con otras tantas poblaciones remotas en las que la conjunción entre sequía e imposibilidad de llevar adelante cultivos para su subsistencia provocaron que esas comunidades se redujeran o desaparecieran.

Seguridad alimentaria
La inseguridad alimentaria que afecta a los niños es uno de los temas que más preocupan por las consecuencias nefastas que una mala nutrición puede llegar a tener en el futuro de una persona.

En Argentina, el cuidado de este aspecto se ha traducido en las últimas décadas en cientos de miles de planes alimentarios otorgados a sectores vulnerables para evitar la desnutrición infantil.

Otro programa de asistencia nutricional que nació en San Juan y luego se hizo extensivo al resto del país fue el de los “Primeros mil días” que contempla la asistencia nutricional para la madre desde el momento de la gestación hasta los dos años de vida del niño. Luego se ampliaría con el plan de los “Segundo mil días”, con lo que se garantizaba la asistencia a los niños hasta el ingreso a la escuela, donde es asistido con los programas Copa de Leche o Comedores Escolares.

Está comprobado que en materia de desnutrición infantil, se prolonga hasta la edad adulta y, por lo tanto, es muy importante centrarse en ellos porque los primeros meses sientan las bases de gran parte de sus vidas. De ahí la necesidad de asegurar el funcionamiento de los programas de asistencia alimentaria para los niños en situación de vulnerabilidad.

>Trastornos de salud mental
Según investigaciones de los principales centros médicos pediátricos de todo el mundo, hay patrones disfuncionales de comportamiento durante la infancia que pueden predecir la aparición de trastorno de salud mental más adelante en la niñez. La lista de verificaciones de síntomas pediátricos del bebé puede identificar indicadores de trastornos del comportamiento entre niños de 0 a 18 meses, que de tenerlos en cuenta ayuda a promover el bienestar mental de la primera infancia afectadas por las necesidades básicas alimentarias, el entorno de la vivienda y la seguridad en términos generales, incluida la alimentaria.

Hay que tener en cuenta que el entorno influye en los niños de una manera decisiva, por lo que hay que generar condiciones para asegurar un crecimiento y desarrollo óptimo como adultos sanos física y mentalmente.

Por Alfredo Correa
DIARIO DE CUYO