‘Que hay que soltar, que vive en vos. (à) Básicamente no sé, NO SE. Voy viendo que carajo hacer con semejante ausencia. (à) Uno sigue caminando, el mundo sigue funcionando, por momentos quiero gritar y decirles eyyy se bajó alguien muy importante de este tren frenen un rato.’ Darío Barassi
El dolor de perder a los padres es acaso, el más universal de todos. Es algo que sabemos que va a ocurrir y, sin embargo, cuando sucede nos toma por completo. Hay quienes dicen que la experiencia de perder a los padres es la que nos catapulta a la madurez, funciona como un rito de pasaje, se abre la posibilidad de ver quiénes somos de verdad.
Muere la identidad que estaba asociada a la de nuestros padres.
‘El duelo es antes que nada una batalla, una guerra en la que resistimos morir y desaparecer junto con aquello que se fue. El trabajo de duelo es agotador, un esfuerzo psíquico y anímico para mantenerse más o menos en pie habiendo perdido algo muy importante para nuestra vida. Caminamos por el mundo con sensación muy extraña, algo está ausente, era importante para nosotros y ya no está más’. Alaleh Nejafian
Cada duelo es individual y sigue su propio curso. Lo más peligroso al atravesar un duelo es acallarlo, evitarlo o ignorarlo. Muchas veces las señales del duelo se enmascaran: una persona puede de golpe empezar a dormir más, puede perder el interés por su pareja o puede volverse adicta al trabajo.
Otros pueden pasar un año como si nada hubiera pasado y luego tener una repentina depresión sin causa aparente. No hay un patrón universal de comportamiento frente al duelo.
Cuando uno de los padres fallece y el otro sigue vivo, es común que el hijo adulto postergue o niegue su propio duelo para hacerse cargo del progenitor que quedó solo.
Consejitos:
– El dolor es una parte importante del proceso de duelo y atravesarlo con conciencia ayuda a sanar.
– Apoyarse en los afectos.
– Si es necesario, buscar ayuda profesional.
– Escribir para volcar lo que sentimos.
– Encontrar o crear formas de resignificar la ausencia
A la larga, la vivencia de perder a nuestros padres puede ser una de las mayores enseñanzas que nos dejen.
‘Volver al mundo después de un duelo es siendo otro.Hay una transformación ‘. Alaleh Nejafian