El líder del Partido Laborista, Keir Starmer, se convirtió oficialmente en el primer ministro del Reino Unido ayer después de recibir el visto bueno del rey Carlos III para formar un gobierno en una ceremonia conocida como “el beso de manos”, en un fuerte giro que decidieron los británicos tras 14 años de gobiernos conservadores.

Starmer toma el lugar del primer ministro del Partido Conservador Rishi Sunak, quien presentó su renuncia ante el monarca después de que su partido, que gobernó al país durante 14 años, sufrió una abrumadora derrota a manos del Partido Laborista.

“El trabajo para el cambio comienza de inmediato. Pero no tengan ninguna duda, reconstruiremos el Reino Unido”, prometió este viernes en su primer discurso desde la residencia oficial de Downing Street.

El Partido Laborista, de centroizquierda, obtuvo este jueves una amplia mayoría en el parlamento de 650 escaños, mientras que los conservadores sufrieron el peor desempeño en la larga historia del partido cuando los votantes los castigaron por una crisis del costo de vida, servicios públicos deficientes y una serie de escándalos.

“Lo logramos”, dijo Starmer en un discurso de victoria. “El cambio comienza ahora… Dijimos que terminaríamos con el caos, y lo haremos, dijimos que pasaríamos página, y así lo hemos hecho. Hoy comenzamos el siguiente capítulo, comenzamos el trabajo de cambio, la misión de renovación nacional. y comenzar a reconstruir nuestro país”.

“Un mandato como este viene con una enorme responsabilidad”, reconoció Starmer en un discurso a sus simpatizantes, asegurando que la lucha para recuperar la confianza de la población después de años de desilusión “es la batalla que define nuestra era”.

En su discurso a primeras horas del amanecer en Londres, dijo que los laboristas ofrecerían un “rayo de esperanza, tenue al principio, pero fortaleciéndose a lo largo del día”.

En sus declaraciones de despedida, Sunak dijo que había escuchado la molestia y decepción de los votantes y asumió la responsabilidad por la derrota de su partido; señaló que los votantes habían dado un “veredicto aleccionador”.

> Una década de dominio 
Tras computarse casi todos los resultados, el Partido Laborista ganó 410 de los 650 escaños en la Cámara de los Comunes -un aumento en 210 bancas-, mientras que el Partido Conservador tendrá 118 legisladores -perdieron alrededor de 250, incluido un número récord de ministros de alto rango y la exprimera ministra Liz Truss-.

El Partido Nacional Escocés implosionó, perdió 38 escaños, puso fin a su propia década de dominio en Escocia y dejó su sueño de independencia para Escocia hecho trizas, mientras que, por el contrario, los nacionalistas irlandeses Sinn Fein se convirtieron por primera vez en el partido más grande de Irlanda del Norte.

Mientras tanto, el partido populista de derecha Reform UK, encabezado por Nigel Farage, el polémico militante del Brexit y amigo de Donald Trump, obtuvo más de cuatro millones de votos.

El resultado es una catástrofe para los conservadores luego que los votantes los castigaron por 14 años de presidir durante la austeridad, el Brexit, una pandemia, escándalos políticos y conflictos internos. El histórico revés -el menor número de escaños en dos siglos de historia del partido- lo deja reducido y a la deriva y posiblemente desate una contienda inmediata para reemplazar a Sunak como líder.

Anand Menon, profesor de política europea y asuntos internacionales en el King’s College London, dijo que los votantes británicos estaban a punto de ver un marcado cambio en el ambiente político respecto a la tumultuosa “política como una pantomima” de los últimos años.

“Creo que vamos a tener que acostumbrarnos nuevamente a un gobierno relativamente estable, en el que los ministros permanezcan en el poder por mucho tiempo, y en el que el gobierno sea capaz de pensar más allá de un corto plazo hacia objetivos a mediano plazo”, puntualizó.

Por Agencia Reuters