En una escena que muchos recordarán de sus clases de ciencias de primaria, un diagrama del ciclo del agua mostraba flechas circulares que explicaban cómo el agua se movía alrededor del planeta: evaporación, condensación, precipitación y transpiración. Este proceso es vital para la vida en la Tierra, ya que garantiza el suministro continuo de agua dulce, esencial para los ecosistemas y las comunidades humanas. Sin embargo, los expertos advierten que por primera vez en la historia de la humanidad, este sistema natural está empezando a fallar.

Un reciente informe de la Comisión Global sobre la Economía del Agua de la ONU ha revelado que el ciclo del agua, que durante miles de años ha mantenido el equilibrio hídrico del planeta, está mostrando signos de colapso. Las consecuencias de este cambio podrían ser devastadoras: el informe predice que la demanda de agua dulce superará el suministro en un 40 % para finales de la década. Esta advertencia llega en un momento crítico en el que el cambio climático está alterando muchos de los sistemas naturales de la Tierra, y el ciclo del agua no es la excepción.

Aunque esta crisis puede parecer lejana para algunos, los efectos ya se están sintiendo en regiones como el noroeste de India, el noreste de China y partes de Europa del Este, donde la escasez de agua está afectando gravemente a las poblaciones. A medida que las sequías, las inundaciones y los eventos climáticos extremos se vuelven más frecuentes, los científicos temen que esta crisis se expanda a nivel mundial, afectando a millones de personas.

El ciclo del agua y su funcionamiento
El ciclo del agua es un proceso natural mediante el cual el agua se mueve constantemente a través de la atmósfera, los océanos, los ríos, los lagos y la superficie terrestre. A través de la evaporación, el agua se eleva desde los cuerpos acuáticos hacia la atmósfera, donde se convierte en vapor. Luego, al enfriarse, se condensa y forma nubes. Finalmente, este vapor se convierte en precipitación en forma de lluvia, nieve o granizo, regresando así al suelo y reiniciando el ciclo.

Este proceso no solo es crucial para el abastecimiento de agua dulce, sino también para la regulación del clima y la distribución de nutrientes en los ecosistemas. Sin un ciclo del agua saludable, los ecosistemas que dependen de este flujo de humedad podrían colapsar, afectando tanto a las plantas como a los animales, y, por ende, a los humanos.

Sin embargo, el calentamiento global está alterando este delicado equilibrio. Según el informe de la Comisión Global sobre la Economía del Agua, cada aumento de 1¦C en la temperatura global añade un 7 % más de humedad a la atmósfera. Esto no solo intensifica el ciclo hidrológico, sino que también incrementa la frecuencia y gravedad de eventos climáticos extremos como huracanes, tifones y sequías.

¿Por qué está fallandobel ciclo del agua?
El cambio climático no es el único responsable de la ruptura del ciclo del agua. También influyen en este proceso las prácticas humanas insostenibles, como la deforestación y el mal uso de los recursos hídricos. Los bosques, que juegan un papel clave en la transpiración y almacenamiento de agua, están siendo destruidos a un ritmo alarmante, interrumpiendo la parte del ciclo que depende de la vegetación para liberar humedad al aire.

Además, según el informe, alrededor del 80 % de las aguas residuales en todo el mundo no son recicladas, lo que pone una mayor presión sobre los recursos de agua dulce disponibles. Esta cifra es alarmante, considerando que el agua dulce ya es un recurso limitado: solo el 3 % del agua en el planeta es dulce, y de ese pequeño porcentaje, la mayor parte está atrapada en glaciares o capas de hielo.

Otro factor es el uso excesivo de agua en la agricultura y la industria. En muchos países, los subsidios gubernamentales han fomentado el uso irresponsable del agua, especialmente en el caso del río Colorado en Estados Unidos. Aunque recientemente se llegó a un acuerdo para reducir el consumo en los estados de Arizona, Nevada y California, se estima que estas prácticas han dañado gravemente los sistemas acuáticos del país.

Consecuencias globales de la ruptura del ciclo del agua
El impacto de esta crisis es global, y no se limita a las zonas que actualmente sufren de sequías. Según Johan Rockström, director del Instituto de Investigación del Impacto Climático de Potsdam y copresidente de la Comisión Global sobre la Economía del Agua, la economía de países como China depende de la gestión forestal sostenible en regiones tan lejanas como Ucrania, Kazajistán y los países bálticos. “La interconexión global muestra que debemos considerar el agua como un bien común mundial”, afirmó Rockström en una entrevista con The Guardian.
Esta interdependencia pone de manifiesto que ninguna nación puede abordar la crisis del agua de forma aislada. Países como Brasil, que exportan grandes cantidades de agua verde (agua almacenada en plantas y suelos), juegan un papel crucial en el suministro de agua a otras regiones. Sin embargo, si la destrucción de ecosistemas naturales como el Amazonas continúa, los efectos sobre el ciclo del agua podrían ser catastróficos a nivel mundial.

Reparar el ciclo del agua

Aunque el panorama parece sombrío, los científicos y economistas del informe aseguran que aún no es demasiado tarde para actuar. Una de las recomendaciones clave es la redistribución de los 600.000 millones de dólares en subsidios anuales que se destinan a la agricultura. El informe también hace un llamado a la cooperación internacional para abordar la crisis. “Debemos pensar radicalmente en cómo vamos a preservar las fuentes de agua dulce”, afirmó Tharman Shanmugaratnam, presidente de Singapur y copresidente de la comisión. La ONU ha nombrado a Retno Marsudi, ministra de Asuntos Exteriores de Indonesia, como su nueva Enviada Especial para el Agua. Marsudi liderará los esfuerzos internacionales para garantizar que el agua se convierta en una prioridad en la agenda política global.