La gigante chilena del cobre Codelco, bajo una creciente presión de clientes globales que exigen menor huella ambiental, intenta migrar a una mirada más ecológica, invirtiendo en buses eléctricos, viveros y reciclaje de materiales en desuso.

La mayor productora mundial del metal rojo, que lucha por revertir una caída en su producción, ha centrado su campaña en su mina estrella El Teniente, a unos 75 kilómetros al sur de la capital Santiago.

Detrás del plan están los clientes globales que buscan cada vez más una mayor trazabilidad del cobre y los componentes utilizados para fabricar sus productos, desde autos eléctricos hasta turbinas eólicas.

“Sin duda, eso es crecientemente demandado, y por eso las certificaciones que nosotros tenemos las consideramos un activo fundamental, como el The Copper Mark. Esto obviamente es creciente en el tiempo, pero sin duda es una tendencia”, dijo el presidente ejecutivo de Codelco, Rubén Alvarado.

Codelco se ha fijado objetivos sustentables para 2030 que necesita cumplir.

Cobre y litio
El cobre es un metal clave para la descarbonización y la transición energética junto con el litio, otro metal en que también empieza a incursionar la compañía.

El verdadero impacto ambiental es menos claro, dijeron los expertos. La minería de cobre sigue siendo muy intensiva en agua, con enormes yacimientos en regiones andinas que impactan la flora y fauna locales, así como genera contaminación lumínica en zonas conocidas por sus cielos nocturnos.

“Quizá el aporte es marginal todavía, pero todas las cosas parten así, por lo menos primero generar la preocupación. Segundo, ser acompañado con alguna legislación”, dijo Patricia Muñoz, economista del departamento de ingeniería de minas de la Universidad de Santiago.

Para hacer que la mina sea más ecológica, un centenar de buses eléctricos ahora lleva a los trabajadores desde la cercana ciudad de Rancagua.

“Esa flota está hoy en día evitando del orden de 3.000 toneladas de Co2 anualmente. Además hace que todo lo que es transporte de personal dentro de los túneles sea cero emisiones y por lo tanto tiene una mejor calidad del aire”, relató a Reuters Ricardo Repenning, cofundador de Reborn, la empresa de buses eléctricos.

Esta firma ahora avanza en los estudios para poner en marcha una opción movida por hidrógeno verde, que triplicaría la autonomía de los eléctricos.

Otros sistemas nuevos implican llevar pernos y mallas usadas en túneles y por otra parte las ruedas de camiones para reciclarlos y reutilizarlos en la mina.

Un millón de plantas
“Claramente el valor económico de eso es un poco más caro, porque hay valores de transporte en medio, pero creemos que en la medida que nosotros lo sigamos haciendo, vamos a eficientar nuestro proceso, y también nos hacemos cargo de esos pasivos ambientales”, dijo Andrés Music, gerente general de El Teniente.

La firma también trabaja con el Gobierno en un vivero y centro de investigación para producir especies nativas, incluidos cactus en conservación, así como para ayudar a regenerar áreas dañadas por inundaciones o tranques de relaves de la mina.

“Ese es el mandato que tengo ahora con Codelco, producir un millón de plantas nativas, especialmente del bosque esclerófilo”, relató Iván Quiroz, jefe del Centro de Investigación de Ecosistemas Mediterráneos (CEIEM).

“Queremos aportar a esa recuperación de relaves con distintas especies, no solamente arbóreas, sino que hay que partir con la estabilización para que el material articulado no se vaya y también aportar con material que sea capaz de crecer y que extraiga estos metales pesados”, apuntó.

Por Fabián Andrés Cambero y Nicolás Cortés
Agencia Reuters