El fabricante europeo de automóviles Stellantis se unió a su mayor rival, Volkswagen, y a otros en advertir sobre el empeoramiento de las perspectivas de la demanda de automóviles y el aumento de los costos, restando miles de millones de euros al valor de mercado del sector.
Las automotrices se enfrentan a la debilidad de la demanda en China y Estados Unidos y a una posible guerra comercial entre Pekín y la Unión Europea, que se prepara para imponer aranceles a la importación de vehículos chinos por supuestas subvenciones.
La marca británica de autos de lujo Aston Martin también emitió un aviso de beneficios para todo el año, culpando en parte a la caída de la demanda china, como también hicieron Mercedes-Benz y BMW en octubre. Las acciones de Aston Martin se desplomaron hasta un 20%, tocando mínimos de casi dos años.
Los papeles de Stellantis restaban casi un 11%, alcanzando su nivel más bajo desde diciembre de 2022, a medida que los inversores asimilaban la magnitud de los problemas del cuarto fabricante mundial de autos. Estas acciones han perdido un 38% de su valor este año, convirtiéndose en el fabricante de automóviles con peor comportamiento de Europa.
Las últimas advertencias se producen después de que Volkswagen anunciara un recorte de sus perspectivas de beneficios para 2024 por segunda vez en menos de tres meses. Sus acciones bajaban algo más de un 2,8% en la jornada.
Feroz guerra de precios
El gigante automovilístico alemán depende de China para cerca de un tercio de sus ventas y se ha visto afectado por una economía más débil y una competencia más feroz por parte de los fabricantes de automóviles chinos y una feroz guerra de precios de los vehículos eléctricos.
La caída de la demanda europea tampoco ha ayudado. Las ventas de autos nuevos en la UE cayó un 18,3% en agosto, tocando un mínimo de tres años, con pérdidas de dos dígitos en los principales mercados: Alemania, Francia e Italia, y un descenso de las ventas de vehículos eléctricos.
Donde se cruzan los problemas de los fabricantes europeos tradicionales es en la creciente competencia de los rivales chinos, que pueden desarrollar autos eléctricos mejores y más baratos mucho más rápido que Volkswagen, Stellantis o Renault. También tienen dificultades para vender los vehículos eléctricos que fabrican, mientras invierten grandes sumas en el desarrollo de nuevos modelos más asequibles.
El cambio de las líneas de producción a nuevos modelos hace que la capacidad de generación de ingresos quede fuera de servicio, agravando los problemas de liquidez de los fabricantes tradicionales, cuyas plantas ya tienen problemas de utilización de la capacidad que no han sabido resolver.
La caída de la cuota de mercado en China y la menor demanda de autos en Europa han llevado a Volkswagen a advertir de posibles cierres de plantas en Alemania, poniendo a la empresa en rumbo de colisión con el poderoso sindicato IG Metall.
Por Nick Carey y Carlos Serrano
Agencia Reuters