Una mayoría de dos tercios de los parlamentarios del Bundestag -513 votos a favor y 207 en contra- se pronunció a favor de permitir que el gasto de defensa ya no esté sometido al llamado “freno de la deuda”, una disposición constitucional que limita estrictamente el endeudamiento del gobierno federal a sólo el 0,35% del PIB.

Se espera que la nueva norma, que permitirá destinar miles de millones de dólares a las fuerzas armadas alemanas y a un fondo de defensa paneuropeo, aprobada por el Consejo Federal, órgano en el que están representados los 16 estados federados en Alemania.

Pero ya desde hacía décadas el país había dado un giro cultural y político de rechazo al militarismo que lo caracterizó en los periodos previos a las dos guerras mundiales. En estos momentos, no obstante, el país se siente urgido a reforzar su capacidad de defensa.

Friedrich Merz, el líder conservador que impulsó este cambio y quien se espera que se convierta en el próximo canciller de Alemania, dijo por medio de un discurso en las últimas horas, que su país había sentido “una falsa sensación de seguridad” durante la última década.

Detrás de este giro histórico en Alemania hay dos factores: la invasión rusa de Ucrania y el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.

Temor por decisiones de Donald Trump
En una entrevista, Merz se refirió de forma específica al temor a que EE.UU. abandone su compromiso histórico de ayudar a defender a sus aliados europeos, así como a las conversaciones entre Trump y el presidente ruso, Vladimir Putin.

El dirigente alemán dijo que la situación había empeorado en las últimas semanas. “Por eso es que tenemos que actuar rápido”, apuntó.

Ya durante su primer gobierno (2017-2021), Donald Trump sembró dudas sobre su respaldo a la OTAN y este año, muy poco después de regresar a la Casa Blanca, las señales que ha dado su gobierno no han sido muy favorables.

Tras la invasión rusa de Ucrania en 2022, muchos países europeos empezaron a incrementar sus presupuestos de defensa.

En el caso de Alemania, su gasto en defensa aumentó un 23,2% el año pasado, lo que contribuyó a impulsar un aumento récord del 11,7% en el gasto de defensa europeo.

Pero estos incrementos no son suficientes para llenar el vacío que dejaría EE.UU. si decidiera, por ejemplo, retirarle su apoyo a Ucrania.

Según el Instituto Kiel, que monitorea meticulosamente los datos de defensa, Europa destina tan solo el 0,1% de su riqueza a la defensa de Ucrania, mientras que Estados Unidos ha estado destinando el 0,15%.

“Eso significa que si Europa quiere compensar el déficit, necesita duplicar su contribución hasta el 0,21%”, afirma Giuseppe Irto, investigador del Instituto Kiel.

No se trata solo de dinero
Muchas de las armas más codiciadas del arsenal ucraniano provienen de Estados Unidos, como el sistema de defensa aérea Patriot y los sistemas de artillería de largo alcance Himars. El Instituto Kiel calcula que el 86% de la artillería de cohetes ucraniana proviene de Estados Unidos, y que el 82% de la munición de sus obuses también es de origen estadounidense.

A eso hay que agregar el apoyo que ofrece la inteligencia estadounidense a Kiev, gran parte del cual se deriva de satélites e imágenes geoespaciales. Si Washington lo desactivara permanentemente, las fuerzas ucranianas corren el riesgo de quedar parcialmente ciegas.

Si se excluye el arsenal nuclear estadounidense, existe una enorme disparidad entre las más de 5000 ojivas de Rusia y el total combinado de armas nucleares de Reino Unido y Francia, que representa menos de una décima parte de esa cifra. Pero, en teoría, aún es suficiente como para actuar como disuasivo nuclear.

Cuando se trata de armas convencionales, los jefes de defensa occidentales suelen afirmar que las fuerzas combinadas de la OTAN son superiores a las de Rusia.

“Es posible que sea así, pero si hay una lección evidente que extraer de la guerra de Ucrania es que la “masa’ importa. El ejército ruso puede ser de baja calidad, pero Putin ha sido capaz de desplegar tal cantidad de hombres, drones, proyectiles y misiles en el frente ucraniano que los rusos avanzan inexorablemente, aunque lentamente y a un costo enorme”, dice Gardner.

Mientras muchos países europeos han sido reticentes a aumentar el gasto en defensa por encima del 2% del PIB exigido por la OTAN, Rusia se acerca más al 7%. Alrededor del 40% del presupuesto nacional de Rusia se gasta en defensa”, agrega nuestro corresponsal.

De allí la importancia para Alemania y para Europa de la decisión que se tomó en Berlín de incrementar el presupuesto militar.

* Defensa y evolución de Alemania
Fenella McGerty, investigadora principal de economía de la defensa en el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, con sede en Londres, dice que “Las perspectivas del gasto europeo en defensa dependen de la evolución de Alemania, al ser el mayor titular del presupuesto de defensa de la región”.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, promueve la iniciativa ReArm Europe que apunta a movilizar hasta unos US$868.000 millones (800.000 millones de euros) para financiar inversiones en defensa.

Por BBC Mundo