Los argentinos hemos vivido siempre en una Argentina “pendular”, que va de un extremo a otro. Es que nunca hemos logrado alcanzar el sueño, si se quiere conformista, de ser algún día: ¡un país “normal”!… Pero disfrutar de libertad de opinión, de ¡libertades en definitiva!, no nos habilita a saltar de un extremo a otro, de un blanco a negro como si los grises o los colores intermedios no importaran…

En resumen: hoy estamos viviendo un fuerte ajuste de la economía, que busca solucionar los efectos indeseados de una política económica que fue extremista: el estatismo, que se impuso a lo largo de muchas décadas en el país, en base a una exagerada presencia, o injerencia del Estado en la Economía nacional. Pero al hacerlo, no dejó de crecer y crecer. Por eso debió crear multitud de impuestos. Como no alcanzó tuvo que pedir préstamos tanto a la banca nacional como extranjera, y como tampoco alcanzó, debió recurrir a la conocida “maquinita”, con una emisión descontrolada de billetes para poder cubrir tanto sueldos como gastos, todo esto conocido muy bien… O sea, una economía artificial productora de inflación con destrucción de la economía privada y genuina.

La economía no debe oponerse a lo humano
Es por eso que casi nadie en su sano juicio discute que ese círculo vicioso debía terminar, dando al menos en esto, la razón al actual presidente y a su política. Pero ello es sólo una parte de la verdad, porque la economía no debe oponerse a lo humano, sino estar al servicio de lo humano, salvo que le demos la razón a quiénes piensan, o sienten, que la actual política económica podrá ser “económicamente correcta”, pero que no parece: “humanamente correcta”.

Entonces, ¿no les parece que ya es hora que al haber alcanzado este gobierno, y en muy poco tiempo por cierto, un notable ordenamiento de la economía, que comience a atenuar las medidas, sin renunciar por ello a las metas anti-inflacionarias, para que el ajuste deje de afectar especialmente, como está ocurriendo, a los argentinos pertenecientes a los sectores más comprometidos, que como sabemos muy bien, son los jubilados, los indigentes, y las familias ya sumidas en la pobreza?.

No desconocemos que el ajuste afectó ya demasiado a esta parte de la población que según el INDEC, superó largamente el 50 por ciento de la población total en cuanto a cantidad de pobres, sectores que no pueden esperar mucho más a que la economía se reactive para poder satisfacer las necesidades básicas de subsistencia, de trabajo, salud y educación.

Entonces: ¿Qué o quiénes componen la famosa casta, que supuestamente iba a pagar el costo del ajuste, tras una firme y decidida poda con la famosa “moto sierra”?. ¿No votamos acaso esto?. ¡Sí, pero no para que el necesario ajuste cayera sobre los más pobres.

Creo que esta situación social debería ser un llamado de atención para el gobierno, para que pueda tomar las medidas debidas tanto a corto como a mediano plazo, para evitar que puedan producirse graves alteraciones del orden, y paz social, al sumarse “otros factores” al descontento popular, eventualmente el accionar tanto de políticos como de gremialistas opositores al actual gobierno nacional. Quizás, mejorando la comunicación, con todos los sectores, y sin excepción.

Hace ya 40 años que vivimos en democracia, tras el último gobierno militar, pero lamentablemente los sucesivos gobiernos que hemos tenido no han logrado concretar una sociedad lo suficientemente estable, y en condiciones de dar razonables respuestas a las necesidades básicas de la población.

Por Raúl Ermoli
Jubilado
DNI 7.592.190