En la actividad agroindustrial, el reconocimiento de la indicación geográfica de un producto es un premio a la calidad del cultivo y al valor agregado asociado para ganar mercados externos a la vez de difundir una cultura arraigada en una región. Esta valoración la tendrá mañana la yerba mate argentina, en un acto oficial, con un reconocimiento público a la mayor producción mundial de la planta y su procesamiento que ha difundido la cultura del mate. Sólo tres países producen yerba mate con importancia económica: Argentina, con más de 165.000 hectáreas cultivadas; Brasil con 85.000 ha y Paraguay con 35.000 hectáreas.
El consumo de la yerba mate es parte de la vida diaria de millones de personas, de la manera tradicional o en infusiones, y un sello de calidad vinculado con el origen geográfico, posibilita al consumidor acceder a una mejor información para diferenciar el producto. Esta certificación viene a premiar a un cultivo estratégico que moviliza tanto al sector productivo, como al industrial y comercial, con mano de obra intensiva en toda la cadena económica. Es que la Indicación Geográfica simboliza el registro y protección del producto y su calidad particular asociada a su vínculo geográfico y modo de producción.
Conocido en tiempos de la Colonia como ‘Té de los jesuitas’ o ‘Té paraguayo’, la yerba fue consumida desde tiempo inmemorial por los pueblos guaraníes y guaycurúes, que recogían las hojas de ka’a en la selva, donde crecía en forma silvestre. Inicialmente las mascaban, luego las prepararon en infusión. Ese hábito lo monopolizaron los jesuitas, hasta que fueron expulsados en 1767, pero dejaron la herencia de haber logrado domesticar la planta, mediante técnicas de secado de la semilla, lo que permitió extender las plantaciones al punto que la venta de yerba mate se convirtió en la principal fuente de ingresos de las ‘reducciones’.
Actualmente la ‘Yerba Mate Argentina’, nueva denominación a partir de mañana con registro de protección legal, es producida en el Litoral, particularmente en las provincias de Misiones y Corrientes. El consumo del mate está extendido por todo el país y su ingesta es cotidiana, además, en todos los estratos sociales, según un estudio del Instituto de la Yerba Mate, con una presencia en el 98% en las viviendas. Pero también con un alto crecimiento en el exterior.