Al concluir 2012, año en el que celebramos el Bicentenario de la Creación de nuestra Bandera, resulta justo referirse a su creador Manuel Belgrano, especialmente sus valores que son tan dignos de admirar y que permanecen vigentes 200 años después.
Como economista, promulgó la necesidad de favorecer la agricultura, desarrollar la industria y estimular el libre comercio. Fue pionero del periodismo argentino, impulso la industria nacional y la justicia social. Entre los integrantes de la Primera Junta, fue el primero en renunciar al salario de tres mil pesos anuales, siendo uno de los que más lo necesitaba. A falta de expertos, comandó dos campañas militares, al Paraguay y al Alto Perú. Impartió una férrea disciplina en aquellas complicadas milicias entusiastas y manifestó hasta el cansancio que sin darle buena educación a los compatriotas nunca tendríamos una sociedad justa.
Puede añadirse a lo anterior que Belgrano tenia una profunda sensibilidad social, esto lo prueba un informe suyo al consulado en el que expresa: "He visto con dolor, sin salir de esta capital, una infinidad de hombres ociosos en quienes no se ve otra cosa que la miseria y desnudez; una infinidad de familias que sólo deben su subsistencia a la feracidad del país, que está por todas partes denotando la riqueza que encierra, esto es, la abundancia (…)” Pero no se quedaba en la crítica, proponía la solución: "La lana, el algodón, otras infinitas materias primas que tenemos, y podemos tener con nuestra industria, pueden proporcionar mil medios de subsistencia a estas infelices gentes (…)”.
Por otra parte, Belgrano fue el primero por estos lugares, en proponer a fines del siglo XVIII una auténtica Reforma Agraria basada en la expropiación de las tierras baldías para entregarlas a los desposeídos.
Vale destacar además que, el 1 de septiembre de 1813, "La Gaceta” publicó un artículo de Belgrano que no pudo pasar la censura. Es un documento de gran valor donde expresa una conciencia política que superaba a cualquier pensador de su tiempo. Decía Belgrano: "Se han elevado entre los hombres dos clases muy distintas; la una dispone de los frutos de la tierra, la otra es llamada solamente a ayudar por su trabajo la reproducción anual de estos frutos y riquezas o a desplegar su industria para ofrecer a los propietarios comodidades y objetos de lujo en cambio de lo que les sobra. (…) Existe una lucha continua entre diversos contratantes: pero como ellos no son de una fuerza igual, los unos se someten invariablemente a las Leyes impuestas por los otros. (…) El imperio de la propiedad es, el que reduce a la mayor parte de los hombres, a lo más estrechamente necesario”.
Entre la nutrida correspondencia que escribió se leen frases de urgente vigencia: "El modo de contener los delitos y fomentar las virtudes es castigar al delincuente y proteger al inocente”. Otra frase belgraniana sostiene: "Nuestros patriotas están revestidos de pasiones, y en particular, la de la venganza; es preciso contenerla y pedir a Dios que la destierre, porque de no, esto es de nunca acabar y jamás veremos la tranquilidad”.
Al vencer a los realistas en Tucumán (1812) y Salta (1813), su nombre subió al podio de los héroes del momento. Se le recompensó con dinero que donó de inmediato para dotar cuatro escuelas alejadas de los clásicos centros de educación.
Fue un buen patriota. Este es el hombre a quienes sus contemporáneos atacaron tanto por sus propuestas. Las enfermedades tampoco le tuvieron compasión y Belgrano murió cuando tenía 50 años. "Nada hay más despreciable para el hombre de bien, para el verdadero patriota que goza de la confianza de sus conciudadanos, que las riquezas", dijo alguna vez.
Todo lo dicho indica que los valores de Belgrano fueron muchos y al mismo tiempo positivos. Este prócer no tiene día oficial en el calendario. El día de su muerte es el Día de la Bandera un símbolo patrio que en muchas ocasiones no se respeta ni honra como debiera. Es así que se propone el recuerdo de Belgrano tal y como se merece.
(*) Profesora y Licenciada en Historia.
