Demás está decir que fue el General Don José de San Martín uno de nuestros máximos próceres, quien con su valor y patriotismo no solo engrandeció a la Argentina, sino que fue también reconocido universalmente como uno de los grandes héroes de toda América. Desde los primeros pasos en la escuela primaria, el simple hecho de invocar su nombre o ver su imagen, bastaba para conmover profundamente e inspirar hondos sentimientos de amor a la patria, a la libertad y la devoción a Dios.
Pero nuestra tradicional televisión basura que deforma profundamente la educación de nuestros jóvenes y que llega a todos los hogares del país de la mano de un conductor inescrupuloso -que hace cualquier cosa con tal de no bajar su nivel de "rating"- buscó mostrar a sus espectadores, lo que fue la proeza del cruce de Los Andes desde su habitual ignorancia, haciendo creer que así rendía un gran homenaje al Gral. San Martín.
Parece mentira que para materializar este "homenaje", funcionarios públicos como el intendente de Tunuyán, hayan prestado colaboración para que las principales escenas se rodaran en ese departamento mendocino. Cuesta creer que autoridades importantes como lo es este señor, apoyan desde sus cargos semejante burla a la memoria de nuestros épicos ancestros.
La imagen de todos los próceres debe preservarse intacta para nuestros descendientes. Pareciera que el ejemplo que nos dieron no tiene valor alguno. Lamentablemente la grandeza de sus obras hoy es motivo de mofa y ridiculización.
Próximamente se conmemorará otro aniversario, el de Domingo Faustino Sarmiento. Es de esperar que el mencionado conductor televisivo, no le rinda ningún "homenaje". Se debe confiar en que las instituciones que honran permanentemente la memoria del Gran Sanjuanino, adviertan con tiempo que con el Maestro de América no se juega, ni mucho menos se lo toma en broma. Él mejor que nadie, con su ejemplo enseñó que "educar al soberano" debería ser un permanente objetivo del Estado. Hoy parece que la torpeza y el culto a la desfachatez tienen más aceptación. De continuar así, no gozaremos jamás del futuro que soñaron para nosotros aquellos grandes hombres a quienes no solamente debemos respetar sino también enaltecer su memoria.
