Antes de fin del corriente año estaría terminado el proyecto de una segunda autopista de circunvalación en el Gran San Juan, según precisiones del ministro de Infraestructura, sobre el anuncio del gobernador José L. Gioja, el viernes último, tras concretarse esta gestión ante las autoridades nacionales.

La vieja idea de una nueva avenida de Circunvalación para agilizar el tránsito pesado en particular y amplíe los accesos a nuestra ciudad y departamentos adyacentes, es una obra cada vez más prioritaria por haber quedado obsoleta la actual Autopista 14, absorbida por una expansión urbana que nunca pudo prever la reconstrucción de nuestra ciudad luego del terremoto de 1944.

Según afirmó ayer el ministro Strada, el nuevo anillo carretero tendrá unos 80 kilómetros de extensión, será de cuatro carriles como la actual Circunvalación y se prevé que alcance por el Norte la zona del Río San Juan, por el Oeste el campo de La Bebida, por el Sur en las inmediaciones de calle 14 en Pocito y pasará por el Este cerca del Aeropuerto Domingo F. Sarmiento. El funcionario estima que una vez concluido los estudios técnicos y económicos se podrá llamar a licitación este año comenzando con el financiamiento provincial para agilizar la puesta en marcha de los trabajos, que se podrían realizar por tramos, hasta tanto Vialidad Nacional asuma toda la responsabilidad de esta vía trascendente.

Tal como expresó Gioja, se trata de una obra estratégica y fundamental, como fue proyectado el actual anillo carretero en la década el 60, cuya construcción fue muy cuestionada entonces porque no se tenía idea de la explosión del crecimiento demográfico que años más tarde la haría imprescindible para canalizar el tránsito en torno a la ciudad.

Sin duda las autoridades han apuntado en la dirección correcta, ya que San Juan tiene un grave déficit carretero urbano y de enlaces con los departamentos cercanos, como Caucete y Albardón, con congestionamientos de tránsito que demandan con urgencia la realización de una doble vía y cruces sobre nivel, así como también en el Acceso Sur, desde Pocito a calle 5. Todo ello, sin contar los permanentes reclamos por calles troncales entre Rivadavia y el centro capitalino.

La nueva megaobra es compleja y costosa, propia de una política de Estado que impida frustraciones.