Ojalá me equivoque, pero temo que el devastador terremoto que azotó a Chile no sólo tendrá un trágico costo en vidas humanas, sino que también podría demorar la meta chilena de convertirse en el primer país latinoamericano que ingrese al Primer Mundo en esta década.
Es cierto que Chile ya se ha convertido en un modelo para Latinoamérica, por ser el único país de la región que ha reducido el índice de pobreza desde el 43 % de la población al 13 % en las últimas dos décadas. Pero si Chile lograra su objetivo de convertirse en un país desarrollado antes del final de esta década, sería un ejemplo aún más poderoso para el resto de la región.
Pero ahora, con las enormes pérdidas de caminos, puentes y puertos causados por el terremoto de 8.8 puntos en la escala de Richter que sacudió al país el 27 de febrero, me pregunto si las metas económicas de Chile podrán ser factibles.
El terremoto afectó principalmente a las regiones, o estados, de Biobío, Maule, Araucanía, Valparaíso y O’Higgings, que incluyen grandes centros de la industria de la madera, celulosa, y el vino de Chile. Estas regiones en conjunto representan el 27 % del producto bruto de Chile.
Algunos economistas predicen un aumento de la actividad económica después del terremoto, señalando que los pagos de las compañías aseguradoras, los fondos de las reservas del gobierno, la ayuda externa y préstamos internacionales para la reconstrucción harán crecer en un 5 % el producto bruto este año. Pero la mayoría se muestra escéptica ante esos pronósticos tan optimistas.
Aunque aún no se han estimado oficialmente los daños causados por el sismo, los medios chilenos dicen que superan los U$S 8.000 millones. Para poner esa suma en perspectiva, el presidente de la Asociación de Compañías de Seguros de Chile dijo que los pagos de las aseguradoras sumarán unos U$S 2.600 millones.
Alicia Barcena, secretaria general de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas, dijo que la economía chilena en un corto plazo se va a contraer. "Habíamos previsto que iba a crecer un 3 % este año, pero ahora no sabemos qué va a pasar. Creemos que va a haber crecimiento, pero quizás no al nivel que estábamos pronosticando", señaló.
Pero todo dinero que se saque de esos fondos significará menos dinero para erradicar los últimos focos de pobreza, o para crear una masa crítica de científicos de nivel mundial doctorados en las mejores universidades del mundo.
Chile seguirá siendo un modelo para Latinoamérica, pero el terremoto podría distraer sus energías y demorar su meta de convertirse en un país desarrollado en el 2018. Eso sería una gran pérdida para toda Latinoamérica, porque tener un país desarrollado entre sus vecinos sería una prueba irrefutable de que, con buenas políticas, cualquier país de la región puede llegar al Primer Mundo.
