Si nos remitimos al ajedrez, el alfil es una pieza que permanece toda la partida en el mismo color de escaque en el cual comenzó el juego, una particularidad que lo distingue del resto de las piezas. Es decir, si un alfil arrancó en el casillero blanco, no podrá pasar a un casillero oscuro en ningún momento. El alfil se mueve sólo en diagonal y suele convertirse en un arma muy potente a la hora de elaborar ataques y amenazas a larga distancia, dicen los que saben de este juego. Como está dado el tablero del peronismo hoy en día, Jorge "Coqui" Chica parece encajar justo en la descripción de alfil, pero aplicada a la política: se mueve distinto, por sus raíces y su entorno sería muy extraño verlo cambiar de color político, y los que conducen hoy el PJ lo guardan como una potente arma de mediana distancia, a usarse en varios posibles destinos.
El actual secretario de Deportes está haciendo sus primeros pasos en la gestión pública, a pesar de que sus padres Juan José Chica y Betty Muñoz acarrean décadas de experiencia en puestos políticos. Jorge fue deportista, después empresario y ahora es político. Surgió con Sergio Uñac, afianzó su relación con él y logró ubicarse muy cerca del gobernador, casi a la altura de Roberto Gattoni o Emilio Baistrocchi, por ejemplo. Tuvo la suerte de caer en la clave de la gestión actual, donde el Gobierno ha puesto mucho tiempo y recursos, pero también hay que decir que supo manejarse. Uñac bajó línea para ayudar a esa área del Ejecutivo, pero a veces esos mandatos suelen caer en saco roto. Y si no hay gente que sepa conducirse, todo el esfuerzo termina por esfumarse. En resumen, hay recursos, hay bajada de línea, pero si no hay gestión, nada de lo anterior sirve.
A tono con la forma de manejarse de Uñac, Chica también logró enlazar una buena relación con su par nacional, el secretario de Deportes de la Nación, Carlos Mac Allister. A pesar de ser de otro palo político, el +Colorado+ dijo en la Cumbre del Deporte que San Juan es la provincia que más ha invertido en esa área. No lo diría en medio de la campaña en una provincia de otro palo, si no fuese abrumadoramente cierto. Lo dijo. Evidentemente hay buena relación, y de eso se obtienen estos réditos.
¿Puntos en contra? A la distancia no se le observan demasiados. Hubo ciertos rumores del manejo administrativo en esa repartición, pero ninguno de ellos fue denunciado y mucho menos comprobado. Y es natural que ocurran, ya que el deporte es un ambiente donde el dinero nunca sobró. Por ahora Chica logró salir indemne de esos comentarios. Ojalá no caiga en el error de la falta de experiencia, ni se deje vencer por la ansiedad, como le ocurrió ya a otros proyectos políticos del peronismo. Reconoce que no debió hablar del resultado de las PASO en Capital, mucho menos el día después, cuando todo estaba muy caliente aún. Recalculó y tomó de su propia experiencia. Dice que la próxima vez tomará aire antes de hablar. Veremos.
En el peronismo saben que tienen en Chica a un dirigente de buena imagen al que pueden echar mano cuando quieran. Se lo menciona como candidato a intendente de la Ciudad de San Juan, pero él no quiere saber nada, y parece que Uñac tampoco. Otros le ponen fichas para Santa Lucía, pero nadie confirma nada. Aseguran también que no sería mal candidato a vicegobernador, pero sin haber hablado con él, seguramente no se sentiría cómodo en ese lugar, mucho menos tras haber cabalgado la gestión como lo está haciendo.
El Gobierno por ahora no habla de él porque no quieren quemar una herramienta que puede ser interesante para la contienda de 2019, que parece muy lejana, pero que en un abrir y cerrar de ojos estará encima. Saben que el perfil que tiene el jefe de Deportes es justo el que está buscando el peronismo, que hoy se debate entre Cristina Fernández o Juan Manuel Urtubey. Si todo va como piensan, ganará el perfil del salteño, aunque no sea él quién comande. Y en ese escenario, los que son como Chica pasarán a liderar espacios. Por ahora, todo es un proyecto, pero de ahí a la realidad, hay sólo un llamado telefónico.