No fue el autor de la frase del título algún fundamentalista dirigente de los que se espantan por la inversión social. Fue el "Perro" Santillán, tan jujeño como la nueva estrella de los horarios centrales en la grilla televisiva, Milagro Sala. Tan dirigente gremial como ella y tan proclive a invocar a las causas populares como motivadoras de la rebeldía mezclada con intimidación con que saltaron a las primeras planas.

Santillán y Sala compartieron causas: él desde el gremio municipal jujeño y ella desde ATE, en una de las provincias históricamente más afectadas por la exclusión y la pobreza. Compartieron también la parábola: el país espantado los conoció por sus revueltas. Y dividieron sus caminos cuando el "Perro" pareció cansado de la exposición permanente, y Milagro profundizó la brecha.

Esa ruta compartida no impidió que fuera justamente Santillán quien definiera con mayor precisión a este nuevo producto del cóctel explosivo que conforman las reivindicaciones sociales, los métodos intimidatorios y la búsqueda mediática de personajes afilados con los que rellenar tantas horas de transmisión en vivo.

Milagro Sala es una extraña mezcla de Luis D’Elía por sus irrupciones fulminantes y de Martina Chapanay, la bandolera sanjuanina de ascendencia indígena -huarpe Martina, toba Milagro- que asolaba los llanos con sus reivindicaciones a lo Robin Hood.

Ella sola se puso abajo de los flashes cuando su gente atacó a huevazos a un comprovinciano pero radical, Gerardo Morales. Y lejos de mostrar algún pesar terminó tácitamente reivindicando el método de lucha que en la intimidad de su provincia ejerce a mano firme.

El hecho terminó poniendo al descubierto una fenomenal red de favores políticos entre un Estado que financia las actividades de este eje gremial con fuerza de choque que no se limita a la novela rosa de construir viviendas para sus compañeros sino que construye además un contrapoder con conexiones e influencias que atemorizan a más de uno. Capaces de espantar, por caso, al propio "Perro" Santillán, un auténtico duro de otros años.

La polémica de la semana no fue si el Estado nacional financia a estos grupos, sino con cuánto los financia. Morales lanzó una cifra que espanta: $120 millones al año. Y la propia Sala admitió un número no muy lejano: $7,9 millones al mes, lo que da un total anual de $94,8 millones.

¿Qué hacen con esa plata? Milagro y su gente se ufanan de construir viviendas por el método de cooperativas a un ritmo más intenso que cualquier otro contratista de obra pública, como también escuelas y hospitales. Pero la realidad muestra que el espíritu cooperativista aparece como una pantalla para esconder manejos de caja y el crecimiento de una implacable red clientelar integrada por todos los favorecidos del sistema, sometidos además a una rígida disciplina.

Como jefa de la agrupación Tupac Amaru, Milagro Sala ha constituido en Jujuy un auténtico poder en las sobras fraguado a fuerza de la fuerte vinculación nacional de la que dispone. La Tupac recibe fondos directamente del Ministerio de Desarrollo Social, dirigido por Alicia Kirchner, y eso forma un puente directo que no necesita intervención del gobierno provincial, que sólo ve pasar los recursos por encima de su cabeza.

Esa autonomía, consistente no sólo en 3.500 viviendas construidas sólo en Jujuy, es la causa por la cual ni el gobernador jujeño -Walter Barrionuevo- ni el hombre fuerte del PJ provincial -el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Fellner- se atreven a cuestionarla en público. Es la causa también por la que cualquier caída en desgracia de algún compañero detenido implica acudir a Milagro y sus poderes políticos nacionales.

Sienten que se necesitan mutuamente entre Sala y Alicia Kirchner. Milagro, por el simple dato de que le costará a ella y su organización encontrar un gobierno tan dispuesto como el de los Kirchner a financiar una estructura tan polémica por el uso de métodos violentos y la poca claridad de sus manejos de fondos. Alicia, porque entiende que es la mejor manera de llegar a las esferas de militantes que más caminan los barrios carenciados, aún pagando un alto costo. El asunto es que la moneda de cambio son fondos públicos.

El 10 de agosto de este año, la hermana del ex presidente Néstor Kirchner aterrizó en la provincia para un acto de ayuda social y para participar de lo que luego se entendió como un gesto: el saludo con monseñor Casaretto, la lanza más afilada de la Iglesia contra los desequilibrios sociales, quien justamente también permanecía en la provincia.

De aquel avión oficial bajó también Milagro Sala, pero nadie se dio cuenta porque hasta ese entonces era una verdadera desconocida. Aunque el hecho cuenta para dejar bien claro el íntimo vínculo político entre una y otra. Que pocas horas después quedaría aún más explícito ante un paisaje que llamó mucho la atención.

En el Centro de Convenciones de Las Heras y 25 de Mayo, la ministra disertó ante un auditorio notoriamente diferente del que habitualmente recibe el coqueto escenario dedicado a conferencias o entregas de títulos. Todas las barandas mostraban banderas que parecían tener la misma tipografía para las letras inscriptas con el nombre de Tupac Amaru y el mismo molde para la figura del héroe indígena de los Incas masacrado por los españoles. La pregunta era, entonces: ¿quiénes son los de Tupac Amaru, que decían desde sus banderas llegar desde todo el país?. La respuesta se conoció la semana pasada.

La noche anterior, hubo una cuestión de celos que terminó a las trompadas. Los militantes de Agrupación Piquetera Virgen de Fátima se enteraron de la presencia del cuartel general de los Tupac Amaru, y salieron a su encuentro. Hay quienes cuentan que hubo golpes y hasta denuncias. Y que la ministra Kirchner fue anoticiada de la novedad y comentó enseguida: "Esa es la Milagro".

Según las fuentes oficiales, la hermana del ex presidente le ordenó que se fuera para no opacar el acto del día siguiente. Y no se vio más a Milagro. Mientras Carlos Gómez, el líder de los piqueteros de Chimbas, viajó a Buenos Aires de inmediato para quejarse.

Es que con la Tupac Amaru radicada también en Chimbas, a los de Virgen de Fátima les apareció una competencia repentina. Hasta ahora, eran sólo ellos los que recibían planes directos desde la cartera de Alicia Kirchner y temen que en cualquier momento la gente de Milagro les aparezca con un barrio por cooperativas.

El vínculo entre ambas agrupaciones y la ministra fue hasta ahora Emilio Pérsico, el funcionario que renunció porque su hijo fue encontrado con plantas de marihuana en una movilidad oficial. Por eso festejaron en San Juan los encargados de acción social del gobierno, que ven cómo los puentean todos los días.

Pero ninguna baja parece hacer bajar el ritmo. La CTA, central obrera a la que pertenece ATE, organiza para los próximos días un encuentro en San Juan. El lugar: Chimbas. Gastos: a cargo del ministerio nacional.