Era un sábado de 2009 muy frío por la mañana, cerca del mediodía. Mauricio Macri llegaba al subsuelo de un hotel céntrico de esta capital. Hacía no más de 20 minutos que había aterrizado en su avión privado en el aeropuerto Domingo Faustino Sarmiento. Entró rápido, seguido por varios dirigentes del Pro y asesores de asesores. Mauricio Ibarra fue uno de los pocos sanjuaninos privilegiados que pudieron meterse en el nutrido grupo de seguidores macristas. En ese momento el exintendente de Rawson hacía campaña persiguiendo el cargo de diputado nacional. Buscaba respaldo nacional porque hacía relativamente poco que salía de las filas del PJ local. En conferencia de prensa, este periodista invitó al líder del Pro a imaginar una futura fórmula "Mauricio-Mauricio", por Ibarra y él, si es que la sociedad que parecía empezar a tomar forma en ese momento, podría trasladarse al futuro. Macri contestó con un ¿Y por qué no? La historia luego contaría que Ibarra ganaría muy ajustadamente la banca de diputado, para unirse al bloque de Peronismo Federal y no al de la "camiseta amarilla", como dijo en estos días el rawsino. El exintendente fue noticia política esta semana al salir a plantear -moderadamente- algo que casi todos piensan, pero que no habían dicho hasta el momento: no quieren que el Pro les inunde la campaña, aunque sí quieren mostrarse unidos para no romper los acuerdos futuros con Compromiso Federal, el frente de Roberto Basualdo. No toleran haber perdido frente a Eduardo Cáceres y, es más, algunos no toleran a Eduardo Cáceres. Además, saben que una derrota del abogado los pintaría a ellos como perdedores también. Para colmo, de ocurrir, podría ser la segunda en dos meses y medio. ¿Cómo harán para mostrarse unidos, apoyar el frente y no al Pro como reclamó Ibarra esta semana? Para dar esa respuesta antes habría que definir la palabra "apoyo". Para algunos de ellos, es sólo una foto y un par de reuniones, nada más. Para Basualdo, es todo. Y para Cáceres, es mucho más que una foto, son los votos. Lo de Ibarra pone piedras en el camino, pero también es una verdad no revelada.

Otros caminos

Las palabras de Ibarra en DIARIO DE CUYO sobre que no está dispuesto a hacer campaña por el Pro por "no coincidir con Macri" no son las mismas que decía en 2009 en aquella visita relámpago del expresidente de Boca Juniors a San Juan. Pero no es al único dirigente político que le ha pasado: Gioja era amigo de Eduardo Duhalde, pero cuando Duhalde decidió otro camino, Gioja optó y se quedó con el kirchnerismo. Eduardo Cáceres alguna vez trabajó para Ibarra y ahora, aunque lo nieguen, hay diferencias entre uno y otro. Enrique Conti fue ministro de Economía de la Cruzada Renovadora, pero ahora la familia Avelín y el exintendente no se pueden ni ver. Y así con la mayoría de los dirigentes políticos sanjuaninos. El problema en San Juan a diferencia de lo que puede ocurrir en otros distritos es que acá todos se conocen, y muy bien. O fueron socios o fueron enemigos, pero no se desconocen.

Estrategia

Lo novedoso ahora es la estrategia que unirá a Eduardo Cáceres con Rodolfo Colombo, Mauricio Ibarra, Enrique Conti, Fabián Martín, César Jofré o Wbaldino Acosta, para poder enfrentar la elección que se viene, que es la fundamental. Los popes del frente basualdista ya tuvieron una reunión, a la que no asistió Cáceres por un viaje a Capital Federal donde se encontró con sus amigos del Pro. Después de eso, esta semana, representantes de las cinco listas que participaron en la interna se reunieron por primera vez para delinear estrategias. No llegaron a ninguna conclusión, no era ese el objetivo, pero quedó planteado el escenario: todos reclamaron conducción, la que no aparece hasta el momento. Cáceres no ha tenido tiempo de reunirse con sus excompetidores, pero lo hará la semana que viene. Tanto Rodolfo Colombo, Mauricio Ibarra, Enrique Conti o Wbaldino Acosta le pedirán al abogado que se haga cargo del lugar al que llegó y que conduzca la campaña, como creen que corresponde. Y le dirán que no quieren ser los candidatos del Pro, como dijo Ibarra esta semana en DIARIO DE CUYO. Es decir, empezarán a "marcar la cancha" para medir al dirigente del Pro y sus reales capacidades políticas. Será su primera prueba difícil. El resto de los que compitieron en la interna no tienen mucho para ganar ni para perder: César Jofré es amigo y fue socio de Cáceres, y es el que más trabajará para el "hombre de amarillo". Ambos compartieron tareas y estructura junto al exsenador César Gioja al momento de la consulta por la re-reelección de José Luis Gioja. Es más, dicen en el peronismo local que hay varios de los que trabajaron con el hermano del Gobernador que están al lado del macrista, hoy inclusive. Y Fabián Martín hará lo que Basualdo le diga ya que ésta no es su pelea. El exconcejal quiere la Intendencia de Rivadavia en 2015 y ese es su negocio, no hay más.

Basualdo no se va a poner al frente de la campaña, a menos que logre hablar con Macri en persona. Quiere dejar claro en la cuna del Pro que Cáceres integra un frente que él lidera. Quiere hablar con el titular, casi como reclamó Cristina Fernández hace unos días. Veremos cómo le va. A simple ojo, al senador le conviene más estar al margen; los réditos que obtuvo hasta el momento son superiores a cualquier sueño que haya tenido alguna vez. Igual, se verá la semana que viene.

En resumen, Ibarra salió a blanquear lo que casi todos piensan. Tienen una tarea enorme por delante, veremos el tamaño de los dirigentes, ya que de ello dependerá el tamaño de los resultados.