El Gobierno nacional resolvió "vivir con lo nuestro" en un sentido amplio, como lo demuestra el uso exhaustivo de todas las cajas disponibles para cubrir sus obligaciones financieras (fondos jubilatorios, préstamos del Banco Nación y adelantos del BCRA, entre otros). Pero esa política tiene límites cada vez más palpables.
La encrucijada con la que se enfrenta el Gobierno no termina allí. El mercado internacional de crédito ha mejorado en los últimos 60 días, para los países emergentes en particular, pero nuestro país no pudo aprovecharlo por su imagen negativa a nivel internacional. Para revertir esta situación, el ministro de Economía, Amado Boudou, anunció que está trabajando en dos líneas de acción paralelas. Mientras se acelera el canje de bonos atados a la inflación oficial por títulos nuevos, que ajustan por la tasa Badlar, se retomará una ronda de contactos con el Club de París y los acreedores que no ingresaron a la renegociación de 2005.
En lo que se refiere al Club de París, está acordada la cifra adeudada: son 6600 millones de dólares. Mientras que en el caso de los holdouts se volverá a convocar a los bancos organizadores que nuclean a esos bonistas para proponerles una nueva oferta de pago -ahora luce más atractiva-, debido al potencial de suba que muestran los títulos de países emergentes.
En lo que va del año estos países salieron a buscar fondos a los mercados y colocaron títulos públicos por casi u$s 37.000 millones. La semana pasada Brasil salió a colocar un bono por u$s 500 millones a casi 30 años y logró una tasa excepcional, apenas dos puntos porcentuales por encima de la que paga el Tesoro de los Estados Unidos. Además los inversores le ofrecieron fondos por 13 veces más de lo licitado, una clara señal de que Brasil es considerado un refugio seguro para los capitales de inversión. A todo esto, la Argentina no ha podido realizar ninguna colocación. Por eso hoy no tiene otra alternativa que pagar con lo que recauda, porque nadie le financia una cuota. Pero al hacerlo consume el escaso capital que tiene el Estado.
En este contexto, es importante que el ministro Amado Boudou haya dejado en claro que nuestro país busca normalizar su deuda, para que en los próximos meses esté en condiciones de volver a los mercados internacionales de crédito y pueda obtener financiamiento.
