Pese a los grandes titulares sobre el conflicto colombiano-venezolano, diplomáticos latinoamericanos y estadounidenses me dicen en privado que la rencilla entre Hugo Chávez y el presidente colombiano saliente Alvaro Uribe probablemente se calme por un tiempo, cuando asuma el electo presidente de Colombia Juan Manuel Santos, el 7 de agosto.

El último choque diplomático entre Venezuela y Colombia empezó la semana pasada, cuando el gobierno colombiano convocó a la OEA para acusar con videos, fotos y mapas a Venezuela, de dar refugio en su territorio a 1.500 guerrilleros colombianos, y exigió investigar el caso. Chávez, en una maniobra para desviar la atención de la presencia de guerrilleros colombianos en su país, inmediatamente rompió relaciones con Colombia, y alegó que junto con Estados Unidos están creando excusas para invadir Venezuela. También amenazó con reducir las exportaciones de petróleo a EEUU, que representan el grueso de los ingresos venezolanos.

¿Qué motivó a Uribe a llevar el caso a la OEA a pocos días de dejar la presidencia? Existen dos teorías: atar las manos a su sucesor y obligarlo a mantener la línea en materia de seguridad, o que es parte de un acuerdo secreto con Santos para ahorrarle una confrontación directa con Chávez desde el principio de su mandato. The Economist y otros medios internacionales apoyan la primera teoría: "Uribe intenta socavar cualquier posible reconciliación de su sucesor con Venezuela”, afirma esa publicación. Aunque Santos fue ministro de Defensa de Uribe y ejecutó las operaciones más audaces de Colombia contra de la guerrilla, incluyendo el ataque a los campamentos ubicados en Ecuador en 2008, círculos políticos colombianos aseguran que los dos dirigentes ahora están distanciados. Santos, al ganar las elecciones con un 69% de los votos, algo sin precedentes, se sintió fuerte para designar los ministros de Relaciones Exteriores y de Agricultura que no son del agrado de Uribe.

Según la segunda teoría, Uribe llevó el caso a la OEA para hacerle el trabajo sucio a Santos, y evitarle tomar medidas conflictivas desde el principio de su gobierno. Pero muchos diplomáticos extranjeros coinciden en que Santos encontrará la manera de desactivar la crisis una vez que asuma, aun cuando Venezuela siga oponiéndose a una investigación internacional sobre campamentos guerrilleros.

Mi opinión: esta crisis diplomática pasará pronto y volverá a resurgir más tarde. En 2008, Chávez amenazó con declararle la guerra a Colombia tras el ataque colombiano a los campamentos guerrilleros en Ecuador, y en 2009 Venezuela "congeló” las relaciones diplomáticas y comerciales con Colombia después de que Uribe autorizó a tropas estadounidenses el acceso a siete bases militares colombianas. Desde entonces, el comercio bilateral cayó más del 70 por ciento.

Al asumir Santos, lo más probable es que venga una tregua, y quizás la reanudación gradual del comercio bilateral. Pero la luna de miel con Chávez difícilmente será duradera. Santos no se quedará con los brazos cruzados si Venezuela tolera campamentos guerrilleros colombianos en su territorio, y Chávez necesitará seguir presentándose como víctima de un supuesto complot estadounidense-colombiano para justificar sus medidas internas cada vez más totalitarias. Esta película la vimos varias veces, y nada indica que alguien cambiará el libreto.

"AMBOS países son mutuamente dependientes: Venezuela sufre de escasez de alimentos por sus desastrosas políticas económicas, y Colombia necesita mantener sus exportaciones de alimentos a Venezuela.”