Si bien el terremoto del 23 de noviembre de 1977 afectó a una amplia zona de nuestra provincia, fue el centro de la ciudad de Caucete -la antigua Villa Colón- la que más sufrió los efectos devastadores de ese movimiento sísmico de 7,5º de la escala de Richter que se produjo a las 6.23 de un trágico día miércoles. Con pérdidas millonarias en materia de viviendas y edificios públicos; 65 muertos y más de 300 heridos, en 41 años Caucete no ha logrado recuperarse del todo de ese sacudón que muchas generaciones de cauceteros no alcanzan a comprender lo que representó para quienes les tocó vivirlo.

Caucete hoy se observa como un departamento que a pesar de esa triste página de su historia logró remar contra la adversidad y salir a flote de una situación que en principio fue caótica. Se habla de que la ciudad fue reconstruida con la ejecución de miles de viviendas a través de de fondos aportados por entidades crediticias como el Banco Hipotecario Nacional o por organismos estatales como el IPV. También hubo ayuda exterior, en menor grado, que hizo posible otras obras de infraestructura, pero gran parte de esta recuperación siempre ha quedado a medias. Es como que en Caucete nada se termina y que todo queda incompleto en espera de una próxima oportunidad. Esto queda evidenciado al recorrer sus calles donde todavía nos encontramos con sectores de la ciudad que nos hacen recordar a los meses o años posteriores al terremoto, con terrenos baldíos, calles sin veredas y viviendas precarias que demuestra falta de ejecutividad en los sucesivos gobiernos municipales.

A 41 años de aquel momento que los cauceteros de más de 50 años recuerdan con tristeza, Caucete sigue mostrando como centro urbano las mismas falencias que exhibía entonces. Para esa gente, no es mucho lo que se ha avanzado. El microcentro sigue circunscripto a su avenida principal, Diagonal Sarmiento, y a un par de calles principales caracterizadas por el desorden vial. No hay carteles señalizadores de calles ni semáforos y el anunciado ordenamiento del sentido de circulación de las calles sigue demorándose.

El recambio del sistema cloacal está destruyendo nuevamente las calles que llevaron décadas arreglarlas y nunca se emplazó a los vecinos que poseen lotes baldíos a que los cierren y construyan veredas para facilitar el tránsito peatonal.

Son numerosas las carencias y sería muy largo enumerarlas, pero hay prioridades como el arreglo de las calles del circuito rural, con la pavimentación de algunas de ellas, con lo que se garantizaría la salida de la producción frutihortícola que es en definitiva de lo que vive Caucete.

Cuando todo esto ocurra se podrá decir que el departamento está avanzando, caso contrario tendremos la sensación de estar como hace 41 años.

 

Por Renzo C. Gomez   DNI 34.243.264