A medida que se recupera la actividad económica en el mundo, luego del sacudón provocado por la crisis de los últimos años, las perspectivas para nuestro país se presentan favorables en cuanto a las exportaciones y el crecimiento de la demanda interna, no obstante los avatares políticos que son el lastre del crecimiento.

Esta dinámica se refleja en el campo laboral, según una reciente encuesta de la consultora de la Manpower. Revela que el 22% de las empresas argentinas contratará más empleados en los próximos tres meses; sólo el 5% de las firmas consultadas prevé despidos en ese lapso y para el 72% no habrá cambios inminentes. Estas principales conclusiones del relevamiento arrojó una tasa neta de expectativa de empleo del 17%, que surge de restar al porcentaje de crecimiento al de eventuales despidos, que representa un aumento de 6 puntos porcentuales respecto del trimestre anterior y es 14 puntos más optimista en la comparación interanual.

Para los economistas, este crecimiento potencial en la segunda parte del año, se va a mantener durante el primer semestre de 2011, acompañando el crecimiento del PBI, de manera que esperan un incremento de un punto y medio entre 2009 y 2010. No obstante, los números de la recuperación de la oferta laboral argentina todavía están lejos de los demás países emergentes, e incluso de algunas economías más pequeñas de la región. China es el país más dinámico en materia laboral, con una expectativa de empleo neta del 51%; Brasil llega al 37%; Perú, a 24%; Colombia, 17%; Estados Unidos, al 4%, y España con tasa negativa del 4%, por citar algunos ejemplos. Los diez países de América del sondeo reportan contratación positiva para el cuarto trimestre de 2010.

En cuanto a los sectores de mayor crecimiento, la construcción y la minería -dos empleadores fuertes en San Juan- son los más optimistas con expectativa neta de empleo del 25% y les siguen de cerca los servicios y transporte, con el 24% cada uno y también ligados con la evolución de los primeros. Precisamente, tras el liderazgo de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, sigue el NOA donde se insertan las expectativas sanjuaninas.

Claro que las mejores posibilidades económicas y con ellas la generación de nuevos puestos de trabajo, siguen condicionadas en la Argentina por cuestiones que desaceleran la expansión fabril y postergan inversiones. Las restricciones energéticas, las tensiones por la conflictividad sindical y las ideas trotskistas de repartir ganancias entre empresas y trabajadores, son un viento en contra permanente.