Se supo decir de la Córdoba del gobernador Angeloz, aquel radical que fue candidato a presidente derrotado por Menem en 1989. También de la Mendoza de Bordón gobernador y Fayad intendente, algunos llegaron a comentar que parecía otro país, prestigio al que contribuyó la fama del oftalmólogo Roberto Zaldívar.
En el primer caso, Argentina pasaba por momentos de conflicto económico, social y político que terminó con el gobierno de Alfonsín seis meses antes, en medio de una hiperinflación.
En el segundo, se festejaba un progreso que enorgullecía a nuestros vecinos, no obstante tener un gobernador peronista y un intendente radical, ambos enfrentaron incómodas obras, como la refacción de la Avenida San Martín. Hoy, quizá por vez primera en la historia reciente se pueda ensayar sin exageraciones ni obsecuencia la misma comparación con San Juan.
En una época en que hemos estado muy atentos a la evidencia científica, vale usar el mismo método para analizar nuestra situación de modo realista e independiente, tal cual hiciéramos hace poco respecto de exitosos avances en la Justicia penal.
Nuestra provincia no sólo es record de exportaciones por la fuerte presencia de la minería sino que aspira a crecer a más del doble en los próximos años y se afirma que seguiría así durante por lo menos cinco décadas y algunos sostienen que por cien años. Esas exportaciones no son para beneficio de unos pocos sino del conjunto, dado que el sector es mano de obra intensiva, paga muy buenos salarios y todos registrados. Esos buenos ingresos derraman sobre quienes no están vinculados directamente porque se construye en barrios, se amplían viviendas existentes, se pueblan colegios privados, se venden vehículos y se contratan servicios personales.
San Juan se ha transformado en cuna del arte, se puede asistir un jueves a la inauguración de una muestra en el Museo de Bellas Artes Franklin Rawson, el viernes a un concierto en el Auditorio Juan Victoria, el sábado a la Ópera, el domingo por la mañana a una carrera de autos y por la tarde al Estadio del Bicentenario a ver a la Selección de fútbol. Algo parecido, pero mucho más caro y menos cómodo sólo en Buenos Aires.
El índice de desempleo que arrojó el último valor de INDEC, fue del 4,9%, casi lo que se puede llamar pleno empleo cuando la media del país es 9,6, la de Mendoza 8,5 y algunas ciudades como Córdoba y Tucumán cuentan 12,4 y Rosario 11,8. San Juan es una de las únicas cinco ciudades que están por debajo del 5% junto a Viedma, Comodoro Rivadavia, Paraná y Santiago del Estero o sea dentro de las cinco mejores del país.
Todos los índices de pobreza son insoportablemente altos, pero San Juan tiene 4 puntos menos que el promedio de los 28 aglomerados encuestados, 7,5 menos que Mendoza y 8,1 menos que San Luis. Ha continuado la erradicación de viviendas lo cual ha sido oportuno, el 19 de enero hubo un terremoto que no registró víctimas por caída de viviendas. La inversión privada es alta y no sólo en la minería sino también en sectores importantes como las energías renovables y la construcción que están reemplazando antiguos viñedos u olivares.
Respecto del manejo de la pandemia y consecuentemente de la economía, tal vez con la ventaja del aislamiento geográfico que en esta ocasión nos jugó a favor, fue la primera provincia que habilitó las clases presenciales en departamentos alejados para luego extender la decisión con burbujas y alternancias a todos los colegios desde el año pasado. El resultado de la reactivación del movimiento y la habilitación de actividades ha justificado que la provincia haya registrado el más alto crecimiento de su historia, año a año, superando a la media nacional en 5 puntos.
La evolución de la recaudación local muestra la rápida reacción del comercio, todos hemos tenido problemas, es cierto, pero no del tamaño que está teniendo la Nación.
El Estado sanjuanino en lugar de deber dinero tiene acumulado un fondo anticíclico que garantiza el pago en término de los salarios a estatales en casos de extrema necesidad, con Anses y Veladero son los tres flujos locales de efectivo más importantes.
Esta semana el Gobierno, con el asesoramiento del Ministerio de Salud y el Comité Covid, prácticamente liberó todas las actividades dejando sólo con autorización previa y presentación de protocolos, a las reuniones de más de mil personas y al uso de barbijo en lugares cerrados. Todas las precauciones diseñadas en el comienzo fueron sobreabundantes y se mostraron innecesarias, gracias a Dios.
La relación del sector público de salud con el privado tuvo tensiones, pero se coordinó bien. A esta altura se puede decir que el resultado de la administración de la pandemia ha sido muy bueno más allá de algunos excesos sobre los que ya opinamos.
Los números tienen una lógica antipática, no dejan mentir. Pero lo mejor de todo es el futuro. Como no se cansa de decir el geólogo Ricardo Martínez, lloverá sopa, hay que proveerse de las cucharas de la educación de todo tipo, pero principalmente técnica, para recogerla. Algo tarde pero nos estamos dando cuenta de que vivimos rodeados de montañas y que la minería podrá ir en auxilio del agro tecnificando los campos con conductos de agua escasa y abaratando la energía para extraer el líquido subterráneo con paneles solares, todo financiado con regalías.
Estabilidad política como nunca tuvo la provincia y ausencia de conflictos gremiales son dos de las condiciones principales que analizan los grandes inversores y es lo que hemos logrado, no es coincidencia sino causa, desde que arrancaron Veladero, Casposo y Gualcamayo a principios de este siglo. San Juan ha tenido un pasado complicado, atado al monocultivo de la uva y al empleo público, tiene un presente ordenado y eficiente y un futuro brillante. En la nación, una isla.
