Hay algo muy preocupante sobre las decenas de prominentes republicanos que han dicho que no votarán por el candidato de su partido, Donald Trump, después de conocerse el escandaloso video en el que hacía comentarios repugnantes sobre las mujeres: esos mismos republicanos habían apoyado a Trump durante todo el último año a pesar de sus cotidianos agravios contra los hispanos.
Algo está muy mal dentro del Partido Republicano. Desde un punto de vista práctico, el partido que ha sido secuestrado por nacionalistas blancos de extrema derecha azuzados por Fox News ha ignorado sus propias conclusiones tras la derrota de 2012. Un documento de 100 páginas del Comité Nacional Republicano, publicado en marzo del 2013, concluye que su derrota de 2012 se debió en parte a que había alienado a los votantes hispanos al apoyar políticas antiinmigrantes.
El documento recomendó apoyar una "reforma migratoria integral”, como se conoce en Washington la propuesta del presidente Obama de ofrecer a los indocumentados un camino a la legalización bajo ciertas condiciones. Agregaba que "si no lo hacemos, nuestro partido continuará reduciéndose a su base mínima”. De hecho, han perdido cada vez más votantes hispanos en los últimos años.
George W. Bush, el último republicano que llegó a la Casa Blanca, obtuvo el 40% del voto hispano en 2004. El ex candidato republicano John McCain obtuvo 31% en 2008, Mitt Romney consiguió el 27% en 2012 y Trump según la encuesta de Centro Pew, realizada antes del video en el que se ufana de agredir sexualmente a las mujeres tiene 19% este año. Mucho más preocupante es que el Partido Republicano ha abandonado sus principios morales más elementales.
"GRUPOS afroamericanos han estado denunciando desde hace años que la teoría conspirativa de Trump era un ataque racista para deslegitimar al primer presidente negro de EEUU.”
Desde que Trump anunció su postulación para la presidencia a mediados de 2015, ha basado toda su campaña en la premisa de que la mayoría de los inmigrantes mexicanos son "violadores” y "criminales”. Ha insultado constantemente a los musulmanes, y se ha burlado de los minusválidos. ¿Dónde estaban el senador McCain, la ex secretaria de Estado Condoleezza Rice y los demás prominentes republicanos que no rompieron con Trump hasta el 7 de octubre cuando se conoció el video sobre sus ataques sexuales? La mayoría de ellos, como McCain, explicaron que tomaron su decisión porque "tengo hijas”.
¿Y no tienen amigos hispanos? ¿Dónde estaban cuando Trump dijo que el juez federal Gonzalo Curiel, nacido en Indiana, no estaba calificado para presidir un caso sobre la fallida Universidad Trump debido a su ascendencia mexicana?
¿Dónde estaban cuando Trump propagaba la falsedad de que Obama no nació en Estados Unidos, y que podría ser un musulmán, hasta que finalmente admitió a regañadientes que el presidente nació en este país? ¿Dónde estaban cuando Trump, quien nunca ha servido en las fuerzas armadas, menospreció a la familia Khan, los padres musulmanes del soldado estadounidense que murió en Irak mientras trataba de rescatar a sus compañeros heridos, y que recibió una estrella de oro póstuma por el acto de heroísmo?
Mi opinión: si Trump pierde la elección como parece probable y EEUU evita convertirse en una república bananera con su propio líder autócrata narcisista, el Partido Republicano deberá hacer mucho más que un autoexamen crítico. Deberá crear un mecanismo para expulsar de sus filas a quienes no se rijan por principios básicos de decencia humana según los cuales no se debe demonizar a otros por su origen étnico, religión o género.