La deslealtad se paga cara ante Chávez. Por eso algunos diputados de la Asamblea Legislativa, incluso antes de que cambie su integración con los legisladores de oposición, a partir de enero, se apresuraron a asentir a Chávez y condenaron a Zuloaga y a Globovisión, en la interpretación de que alguien que está prófugo de la Justicia no puede ser dueño de un medio de comunicación. La excusa es perfecta y muestra una vez más como Chávez busca por todos los medios desembarazarse de la única televisora crítica e independiente que alza la voz en contra del gobierno.

Los diputados oficialistas fueron convocados por el propio Chávez para mostrar esta coherencia política frente a un "forajido”. Lo que no entienden es que a Zuloaga se le inventaron los cargos, tanto de usura como de vilipendio, y se transformó, como muchos otros venezolanos críticos del régimen, en un perseguido que debió buscar refugio en otro país debido a que la justicia venezolana tampoco es independiente, sino politizada.

Es que no hay justicia independiente en Venezuela, por eso Hugo Chávez se tomó la atribución de pedirle a la Justicia que actúe en contra del propietario de la TV crítica Globovisión, Guillermo Zuloaga, quien mantiene un proceso de asilo político en EEUU. Para justificar su exigencia de que la Fiscalía y los jueces de la Corte Suprema actúen en contra de Zuloaga, Chávez ahora insiste en que el periodista ha logrado juntar 100 millones de dólares para crear una conspiración para asesinarlo.

Como siempre, Chávez busca las excusas más inauditas para llamar la atención y justificar sus declaraciones. Especialmente cuando Zuloaga da que hablar, como esta semana que apareció en algunos eventos organizados por entidades autónomas en la sede del Congreso de EEUU, ocasión en la que criticó al gobierno venezolano al que calificó de "amenaza”.

Chávez, quien no soporta que hablen mal de él, expresó que "aquí hay un canal de televisión cuyo dueño anda prófugo de la justicia. Y no sólo anda prófugo sino que se da el tupé de ir al Congreso de los Estados Unidos a despotricar de su país, de este gobierno, de este presidente”.

Seguramente los dichos de Zuloaga le servirán a Chávez para demandar más acciones civiles y penales contra el presidente de Globovisión. Sobre Zuloaga ya pesan delitos de enriquecimiento ilícito, asociación ilícita, además de vilipendio y desacato; acciones todas propuestas por el presidente venezolano.

Pero los cargos contra Zuloaga son a título personal y nada tienen que ver con el manejo de su medio de comunicación.

Lo que realmente le molesta a Chávez es que Zuloaga haya elegido EEUU para la búsqueda de asilo y no otro país. Y esto no se debe al odio propagandístico que el mandatario tiene contra el imperio, sino a que en EEUU, a diferencia de muchos países, permite a los asilados políticos hablar y criticar a los gobiernos de origen o de los que se originó la expulsión o el autoexilio. Todo ciudadano en territorio estadounidense tiene derecho a la libertad de expresión.