Una importante caída en el mercado exportador de vinos y mostos preocupa a este sector de la economía por estos días y de acuerdo a lo señalado por los principales operadores el fenómeno está motivado por carecer de un dólar competitivo en el caso de los vinos, y la necesidad de abrir el mercado de los Estados Unidos de Norteamérica en el caso de los mostos.

Todo indica que el problema es meramente de comercialización y que no pasa por la calidad de los productos, por lo que las últimas medidas que se han tomado apuntan a mejorar este aspecto, tal el caso del nuevo "dólar agro" que ha anunciado el Gobierno nacional y que constará de un tipo de cambio diferencial por 90 días para las exportaciones de bienes de las economías regionales, entre las que figura la vitivinicultura.

Considerando que en un futuro próximo las exportaciones pueden llegar a mejorar dentro del panorama mundial, todas las acciones deben apuntar a mejorar, precisamente, el tema de la competitividad. Para ello los organismos que intervienen en el desarrollo de la actividad vitivinícola, entre los que se encuentra la Coviar, el INTA, el INV y la OIV, tanto a nivel provincial, regional y nacional basan esa mejora en el conjunto de medidas que pueda tomar el Gobierno nacional para alcanzar la competitividad necesaria dentro de un mercado que cada vez se muestra más exigente y que, paulatinamente, ha ido perjudicando al sector productor. Tanto los viñateros como los bodegueros no están encontrando buenas condiciones en el mercado cambiario ni para exportar ni para adquirir insumos.

La presente crisis que afecta al sector está vinculada a un problema de competitividad por la cotización del dólar y no pasa por la calidad de los productos. 

Respecto de la calidad de productos hay algunas acciones que se están realizando y que se deberían profundizar para obtener los resultados esperados, es decir seguir contando con productos de buena calidad que aseguren las exportaciones futuras. Una de las medidas es el desarrollo de las indicaciones geográficas de vinos que tienen que ver con las denominaciones de origen. Lo otro es el desarrollo de nuevas variedades para afrontar las desfavorables condiciones del cambio climático; la renovación de viñedos debido a la antigüedad de algunos de ellos y finalmente la mecanización de la industria, con la que se logra mayor eficiencia y economía en las tareas del agro. Con todo esto se podría asegurar la capacidad productiva y calidad de los viñedos, básicos para lograr exitosas exportaciones.

Para estas actualizaciones hace falta profundizar el apoyo al sector a través de políticas de financiamiento como la del Proviar 2 (Programa de Apoyo para Pequeños Productores Vitivinícolas de Argentina II), un fondo de unos 40 millones de dólares que manejará el INV y otros programas destinados a inversiones en viñedos y bodegas, no sólo para continuar manteniendo la calidad de los productos vitivinícolas sino para mejorarla.

PARTICIPACIÓN DE SENASA

Dentro de todas las acciones que es necesario promover para mejorar el factor de la calidad de los productos vitivinícolas, a fin de mejorar las condiciones para las exportaciones, el Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) viene cumpliendo un plan de acción que será conveniente intensificarlo para lograr óptimos resultados. La prevención y verificación de la ausencia de Lobesia botrana, comúnmente conocida como polilla de la vid, y la Mosca de los frutos, es de fundamental importancia para evitar que estas plagas afecten la producción vitivinícola.

Otro aspecto importante es el de verificar que se cumplan los requisitos establecidos en el protocolo de los procedimientos para autorizar el envío de uva de vinificar para su procesamiento enológico (vino-mosto).

 

Por Alfredo Correa
DIARIO DE CUYO