El objetivo de posicionar a nuestra provincia como plaza de alto atractivo para la inversión, gracias a las ventajas que ofrece la economía, está mostrando resultados de una promoción que debería sostenerse como política de Estado.
San Juan ocupó en 2008 el quinto lugar (detrás de Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba) entre los principales destinos de anuncios de inversiones directas de empresas privadas nacionales o extranjeras en el país, por u$s 1227 millones. A la vieja dependencia del monocultivo de la vid, se sumaron la agroindustria, la minería, el turismo y otras industrias.
En tal sentido se destaca la tarea de la Agencia de Desarrollo de Inversiones, del Ministerio de Producción, que desde hace asiste a los inversores, brindando servicios de información y de gestión. Además, desde el año pasado, se puso en marcha el programa Calidad San Juan, que es el primero en su tipo en el país.
Los fondos provienen del BID y de la Provincia, totalizando unos 50 millones de dólares, que en un principio respaldaron la financiación de proyectos productivos nuevos, o mejoras en empresas en marcha. Pero desde ahora se podrán solicitar préstamos para gastos más urgentes, como la compra de materia prima o insumos para producir. Una adaptación necesaria a la realidad que plantea la crisis a las pequeñas y medianas empresas.
Sin dejar de tener en cuenta a los sectores tradicionales, promover y diversificar la producción, puede dar paso a un crecimiento genuino, con mayor autonomía respecto a los avatares económicos nacionales.
