El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, puso en vigor una norma que obliga a los frigoríficos exportadores a tramitar, además del Registro de Operaciones de Exportación (ROE), el pre-ROE, un aval extra para exportar que será otorgado por el propio funcionario. Este permiso se otorgará siempre y cuando se provea de ofertas para que se promocionen en los supermercados.
No habrá freno a la exportación que logre suplir un faltante estructural de carne que comenzó en marzo de 2006, cuando el entonces presidente Néstor Kirchner prohibió las exportaciones para evitar la suba de los precios al consumidor local. Desde ese entonces, Guillermo Moreno controla el valor de la hacienda, las ofertas de los supermercados y las exportaciones, variables que el funcionario ajusta en las reuniones que cada viernes tiene con representantes de las cámaras empresarias.
Aunque bajo estricto control estatal, la exportación logró buenos márgenes al comprar la hacienda a precios artificialmente bajos y los exportadores accedieron al mercado interno, del que no participaban antes. En este contexto, en los últimos 18 meses los supermercados y las carnicerías llegaron a tener un margen de ganancia del 45 por ciento.
La intervención estatal puso a la producción en una situación de crisis inédita, que impactó especialmente en la ganadería de cría. Desde que la vaca queda preñada hasta que la cría está lista para ir a faena transcurren entre dos y tres años, según el destino del animal. Nueve meses de gestación, seis meses hasta el destete, y dos años adicionales hasta que llega a un peso de faena de 440 kilos. Todo ese tiempo le llevará al país recuperar su producción ganadera para volver a abastecer normalmente el consumo interno y sus habituales clientes del extranjero.
En los últimos tres años, el stock ganadero perdió 9 millones de cabezas, al pasar de 60 millones a 51 millones de animales y el número de terneros descendió de 14,4 millones a 11,5 millones. Luego de una fuerte recomposición del precio de la hacienda, que se trasladó rápidamente al mostrador, el consumo anual per cápita cayó hasta los 62 kilos y podría perder otros 9 kilos en los próximos meses.
El Gobierno nacional continúa cometiendo errores respecto a la hacienda. Lo que se necesita hoy no es poner barreras sino instrumentar políticas que incentiven la producción.
