Los pobladores de la Villa San Agustín de Valle Fértil y de la localidad riojana de San Ramón siguen esperanzados en que, en algún momento, las autoridades viales de La Rioja decidan la pavimentación de un tramo de 25 kilómetros, correspondiente a la Ruta Nº 27, que es lo que está faltando para que este camino interprovincial quede en condiciones de ser transitado en forma permanente.
La espera lleva ya 70 años, y en todo ese tiempo no se ha podido conseguir que el gobierno de La Rioja coincida con el de San Juan en el objetivo de ofrecer un paso interprovincial que traería numerosos beneficios a la región. En realidad, esta ruta que para el lado sanjuanino se la denomina 511 y para el riojano 27, tiene una extensión total de 50 kilómetros, de los cuales la mitad corresponde a cada provincia. Respecto de lo que le compete a San Juan, en 2010 las autoridades provinciales dispusieron la mejora y pavimentación del tramo, en espera que los pares riojanos cumplieran con la promesa de hacer lo mismo, algo que hasta ahora no ha ocurrido.
En algún momento se habló del desinterés de las autoridades riojanas por mejorar la ruta, como parte de un plan para evitar que distintas poblaciones como Malanzán, Portezuelo o Chepes, pudieran resultar perjudicadas si una vía en buenas condiciones serviría de nexo con la localidad sanjuanina. Desde distintos sectores se ha tratado de demostrar que esa es una suposición equivocada y que más allá de perjudicar el desarrollo de determinadas localidades riojanas, la Ruta 27 en buenas condiciones contribuiría a un mayor crecimiento regional.
Esta ruta interprovincial fue construida en 1945, con el objeto de alentar la comunicación vial entre distintas poblaciones en una zona limítrofe de San Juan con La Rioja. El buen estado en que se encontraba en los primeros tiempos, con un enripiado que permitía transitar sin dificultades, fue dando lugar a un deterioro constante que por las características del terreno, de tipo medanoso, quedó en tan malas condiciones que muchos prefirieron dejar de pasar por el lugar.
Actualmente la situación no ha cambiado y en ocasiones se hace imposible transitar el tramo del lado riojano, por las pésimas condiciones en que se encuentra. Ante este panorama, los usuarios habituales del camino esperan que las nuevas autoridades recapaciten y vean lo conveniente y beneficioso que resulta tener en condiciones estas vías que fueron pensadas hace ya varias décadas para la comunicación de lo pueblos.
