El mayor proyecto de generación eólica de América latina, y uno de los principales del mundo, ha sido puesto en marcha con tecnología argentina en Brasil, por una empresa mendocina que amplió sus inversiones en el vecino país gracias al desarrollo de equipos de última generación para el aprovechamiento de energías alternativas. La firma IMPSA logró superar las propuestas de otros fabricantes de aereogeneradores y días atrás el más grande parque eólico del subcontinente comenzó a generar electricidad en la región Agua Doce, en el Estado de Santa Catarina con una potencia instalada de 22,5 MW. Este último emprendimiento se suma a otros nueve parques eólicos en el sur brasileño, los cuales suponen una generación máxima de 222 MW a partir de 140 molinos, con una inversión de 680 millones de dólares. Con las inversiones en Brasil y las realizadas en la Argentina, en cuatro parques eólicos en Santa Cruz, uno en La Rioja, otro en Chubut y una licitación en Santiago del Estero, Pescarmona se convirtió en el mayor inversor en energía limpia de Latinoamérica. Este liderazgo tecnológico y empresario argentino refleja también las políticas para la diversificación de la matriz energética, donde se incluye la generación fotovoltaica en la que San Juan marcha a la vanguardia con sus parques de paneles solares y avanza hacia la fabricación de los elementos con innovación tecnológica.
Este logro tiene, además, una gran proyección social. En el caso brasileño, las familias de bajos recursos localizadas en el Estado de Santa Catarina, han sido beneficiadas con la creación de 1.500 empleos directos y más de 7.000 indirectos, a lo que se suma la menor utilización de combustibles contaminantes.
