Las campañas electorales en Estados Unidos siguen marcado rumbos en comunicación, publicidad y estrategias captar votantes. Los medios audiovisuales irrumpieron en la tribuna del proselitismo, pero con la llegada de internet y sus redes sociales, la transformación es sorprendente. Ahora las menciones y seguidores de Twitter, los "me gusta" de Facebook, o el número de búsquedas en Google son un barómetro electoral con miras a los comicios presidenciales de 2012 y, a diferencia de las encuestas tradicionales, este enorme volumen de información se dispone en tiempo real. En el caso de Twitter, la red social de mensajes cortos, los responsables de campaña observan un análisis diario de 400 millones de comentarios y una gráfica en tiempo real de las opiniones. Y, por primera vez en la historia de las elecciones de EEUU los volúmenes de información de la red permiten medir conversaciones que antes la gente tenía en cafeterías, oficinas o en reuniones sociales.

Claro que procesar esta información y mantener contacto con el electorado requiere de equipos de especialistas y presupuestos generosos, tanto para la web como para televisión. Se estima que la campaña de Obama ha gastado unos 36 millones de dólares en publicidad y campañas en internet, frente a los 86 millones de dólares en televisión, en tanto que la campaña de Romney ronda los U$S 10 millones en la web, frente a los 47 millones en publicidad en TV, los dos medios más importantes en la disputa por la victoria del 6 de noviembre, según el diario The New York Times.

Lo importante es que el sistema hace más transparente a la política, porque llega directamente al electorado y enriquece a la democracia.