La audiencia de confirmación del probable Secretario de Estado John Kerry en el Senado fue un ejemplo perfecto de lo que anda mal en la política exterior de Estados Unidos: la sesión le dedicó un 70% del tiempo al Medio Oriente y Asia Central, un 25 % a Rusia y China y un 5% a Latinoamérica.
Tal como se esperaba, Kerry -uno de los máximos representantes del establishment de la política exterior estadounidense- no enfrentó muchas preguntas difíciles durante la audiencia de casi 4 horas ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, donde se desempeñó durante los últimos 28 años. Mucho de lo que dijo Kerry durante la audiencia estuvo en lo cierto.
Agregó que "no podemos permitir que el extraordinario bien que hacemos al salvar y cambiar vidas sea eclipsado completamente por el papel que hemos tenido que desempeñar desde el 11 de septiembre (del 2001), un papel que nos fue impuesto forzosamente".
Pero casi todas las preguntas de sus colegas senadores se centraron en Medio Oriente y en Asia Central, y más específicamente en Afganistán, el movimiento Talibán, el programa de armas nucleares de Irán, la guerra civil siria, y el ascenso de los partidos islámicos en Egipto, Túnez, y Libia.
En lo que hace a Latinoamérica, de no ser por las preguntas aisladas del senador Bob Menéndez (Demócrata, Nueva Jersey), un cubanoestadoundiense que probablemente suceda a Kerry en la conducción del Comité de Relaciones Exteriores, Marco Rubio (Republicano, Florida) y Tom Udall (Demócrata, Nuevo México), la región hubiera pasado prácticamente inadvertida, entre las regiones más importantes del mundo.
Pero si la política exterior de EEUU está cada vez más ligada a la política económica, y si Washington debe aumentar su cuota del comercio global, tal como dijo Kerry, indudablemente debe promover más estrechos vínculos económicos con México, Brasil, Colombia, Perú, Chile y otros vecinos de rápido crecimiento del continente.
Entre los datos que Kerry y los senadores del Comité de Relaciones Exteriores tendrían que tener en cuenta en el futuro:
* Todo indica que Latinoamérica seguirá creciendo a un ritmo más rápido que los países industrializados, según las últimas proyecciones del Fondo Monetario Internacional. Este año, la región crecerá un promedio del 3,6 %, mientras las economías del mundo industrializado crecerán un 1,4 %, según el FMI. * El 44 % de las exportaciones mundiales de EEUU van a países del hemisferio occidental, según cifras oficiales de Estados Unidos. * En el 2011, EEUU exportó más a México (U$S197 mil millones) que al Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, España e Irlanda juntos, y exportó más de tres veces más a Latinoamérica (U$S 366 mil millones) que a China (U$S 103 mil millones). * En materia de energía -y esto es poco sabido- EEUU recibe de países de las Américas, incluido Canadá, el 52 % de sus importaciones totales de petróleo, contra solo un 22 % que viene de países del Golfo Pérsico, según la Agencia de Información de Energía de Estados Unidos.
No hay dudas de que Irán y la amenaza del terrorismo seguirán dominando la agenda de la política exterior estadounidense. Pero si Kerry logra aumentar el interés de Washington sobre los países con futuro de Latinoamérica, digamos, un modesto 20 %, eso ya sería un gran avance.
