El 45 aniversario de la creación de "Mi dulce Señor", la melodía más famosa escrita por George Harrison e interpretada por la mítica banda de Liverpool, como también por cientos de solistas y grupos musicales de todo el mundo, rememora un hecho trascendental en la historia de la música, por la posición asumida por un artista que al descubrir a Dios promovió este mensaje de paz y amor, a través de la letra y música de una de las composiciones mejor logradas de todos los tiempos.

Raúl Espinoza Aguilera, un estudioso del fenómeno de Los Beatles, sostiene que el mérito histórico de esta canción es que sirvió de detonador y animó a otros compositores a incursionar en temas referidos a la fe en un ser trascendente, en forma abierta y sin complejos, en una época en que el ateísmo y otras corrientes similares de pensamiento ganaban terreno en un mundo que se mostraba convulsionado.

Para llegar a esta creación, Harrison experimentó un rotundo cambio en su vida que lo llevó, a medida que triunfaba con Los Beatles, a pasar de un estado de indiferencia religiosa a convertirse en un creyente fervoroso. Esto ocurrió a mediados de 1968 después de un viaje que la banda realizó a la India y en medio del éxito que el grupo alcanzaba con la superproducción de temas por parte de John Lennon y Paul McCartney, entre los que también había muchos dedicados al amor y a la paz.

Pero "Mi dulce Señor" tuvo una decisiva influencia en amplios sectores de la juventud, al representar una propuesta espiritual, alentadora y trascendente, en un período de la historia en que la propaganda atea, materialista, marxista y la lucha armada y violenta ganaba las universidades y centros educativos como una supuesta solución a las diferencias sociales existentes en esos momentos.

La letra de la canción es sencilla y expresa un ruego por conocer más a Dios, en un encuentro trascendental que espera que se produzca lo más pronto posible. Su melodía ha dado lugar a las más diversas críticas, por parte de destacados músicos quienes han coincidido en que se trata de una obra de arte, por su belleza y por lo que transmite.

Una canción que nació como tantas, pero que al tener un eje temático distinto alcanzó una popularidad que hasta ahora la mantiene en vigencia, por su mensaje esperanzador de encontrar la paz y el amor que el mundo necesita.