Un año después de la elección del presidente Barack Obama, es hora de preguntarse si sus ambiciosas promesas de campaña sobre Latinoamérica se están cumpliendo, o si -como otros antes que él- se está olvidando de la región. Démosle un rápido vistazo a sus principales promesas de campaña sobre la región.

Obama, sin mucho contacto con América latina antes de lanzarse a la Presidencia, prometió crear "una nueva alianza de las Américas" para acabar con "años de negligencia" hacia la región. La promesa quedó trunca por el derrumbe económico de fines de 2008. También me dijo en la campaña que, para obligarse a sí mismo a tener a Latinoamérica siempre presente, La Cumbre de las Américas se convertiría en un evento anual, no cada tres o cuatro años, como ahora, pero esa propuesta sigue olvidada. Además, iba a designar un Enviado Especial para las Américas, para prestarle más atención a la región, pero hasta ahora, no lo hizo.

Prometió una reforma inmigratoria -incluyendo la legalización de millones de indocumentados- como una "prioridad absoluta" durante su primer año. Los funcionarios dicen que el tema sería tratado en el Congreso en 2010. También "aumentar sustancialmente nuestra ayuda externa a las Américas": Aunque la crisis económica de EEUU ha postergado estos planes, en abril Obama respaldó la decisión del G-20 de ampliar los préstamos del FMI a los países en desarrollo y dar mayor participación a las economías emergentes en el consejo directivo del Fondo.

Sobre Cuba, Obama prometió "permitir inmediatamente viajes familiares y envíos de remesas ilimitados a la isla" y lo ha implementado, como así también dejar atrás las políticas unilaterales de George W. Bush. La diplomacia reconoce a Obama por haber condenado la destitución del presidente hondureño Manuel Zelaya, el 28 de junio pasado, y por buscar la restituir el Estado de derecho en ese país.

Obama prometió mayor cooperación con México. Funcionarios mexicanos reconocen el respaldo a la Iniciativa de Mérida para combatir al narcotráfico y el contrabando de armas de EEUU a México. También aplauden que no suspendiera los vuelos a México cuando estalló la gripe A, mientras que Cuba, Argentina y otros países los suspendieron. Cuando le pedí a Arturo Sarukhan, embajador mexicano en Washington, que calificara el desempeño de Obama con respecto a México, me dijo: "En una escala de 1 a 10, le daría un 8".

Mi opinión: Obama no ha convertido a Latinoamérica en una de sus prioridades de política exterior, ni es probable que lo haga. En rigor, no es del todo su culpa: ha tenido que concentrar su energía en revertir la crisis económica que heredó, y no ha podido designar su propio equipo para Latinoamérica porque senadores conservadores del Partido Republicano bloquean la confirmación de su nominado, Arturo Valenzuela, para el cargo de jefe de Asuntos Hemisféricos del Departamento de Estado.

Pero Obama ha logrado cambiar la imagen de Estados Unidos en Latinoamérica, hasta el punto que la mayoría de las encuestas revelan que se cuenta entre los líderes más populares en la región. Ahora el gran interrogante es si usará ese capital político para cumplir su promesa de campaña de ser "un implacable defensor de la democracia" y ayudar a los pobres de la región. Yo sigo creyendo que lo hará, aunque -en vista de sus prioridades- estoy menos convencido que hace un año.

"LO MEJOR que puede hacer Obama es resucitar la economía estadounidense. Crecerá el comercio, las inversiones y acelerará el crecimiento económico latinoamericano y caribeño."