Repasando los nombres del gabinete que asumirá el 10 de diciembre, resulta muy difícil encontrar algún factor común que atraviese a quienes ocuparán los 12 ministerios y secretarías que componen hoy el Poder Ejecutivo. Con los nombres que se escaparon públicamente hasta el momento y algunos nuevos que podrían integrar el nuevo equipo, se puede especular con que habría sólo dos características que atravesarían a todos: la mayoría está en la franja de los 40 años a los 50 y pico. Y, a pesar de la edad, casi todos tienen experiencia en gestión pública o dirigencial. ¿Juventud es igual a capacidad? Para nada. Desde el 10 de diciembre tendrán que demostrarla, obviamente. Entre las novedades del nuevo equipo y los reacomodamientos en el peronismo sorprenden tanto el futuro de la intendenta de Rivadavia, Ana María López, quien se irá a trabajar a Buenos Aires, como el nuevo perfil que, aparentemente, le quieren dar a la Secretaría General de la Gobernación, donde recalará un joven, íntimo de Sergio Uñac.

¿Quién determina si una persona es joven? Hasta hace varios años algunos estudios sociológicos y de salud aseguraban que una persona gozaba de juventud hasta los 30 años. Los avances de la tecnología rompieron esa barrera y hoy ese límite se estiró hasta los 40. Si tomamos la última variante y la trasladamos a la política, podríamos afirmar que el nuevo gabinete es viejo, ya que muy pocos cumplirían con ese requisito de edad. Pero, claro, si a esas mismas personas las comparamos con, por ejemplo, los integrantes de la Corte de Justicia de la provincia, el gabinete de Sergio Uñac se convierte en un jardín de infantes. Ojo, ya se ha dicho que juventud no es sinónimo de capacidad o de idoneidad, esas cualidades las van a tener que demostrar los nuevos funcionarios con trabajo. Lo único que diferencia a un equipo joven de uno entrado en años es, tal vez, alguna cierta capacidad de agregar horas al día, pero nada más.

Los nombres

Roberto Gattoni, quien se hará cargo de Hacienda, ya sopló 59 velitas; Emilio Baistrocchi, el nuevo ministro de Gobierno, tiene 38 años; en Infraestructura ya confirmaron a Julio Ortiz Andino, quien actualmente cuenta 58 abriles; Andrés Díaz Cano, quien se ocupará de Producción, tiene 48 años; Raúl Tello, quien continuará en Ambiente, tiene alrededor de 56 años. Y a ese grupo de altos funcionarios se agrega Luis Rueda (34), el nuevo director de la Unidad de Gobernación. Hasta aquí lo que este diario anticipó sobre la conformación del nuevo gabinete hace varias semanas; datos que nadie ha cuestionado aún. Los nuevos nombres que se conocieron en éstos días son: Juan Flores (46), que estará a cargo de la Secretaría General de la Gobernación; Castor Sánchez (56), quién comandará Salud Pública; Felipe De Los Ríos, quien suena para ocupar Educación, aunque todavía no está cerrado. En esa cartera sí está confirmado Alfredo Bartol (47), hijo de la fallecida diputada nacional Margarita Ferrá de Bartol, quien irá como secretario de Educación. También aseguran que Jorge "Coqui" Chica (35) se hará cargo de Deportes, lo que no se conoce aún es cómo va a quedar esa estructura, ya que por las escasas pistas que dio Uñac en la campaña, es muy posible que eleven de rango esa dependencia, lo que no se conoce es en qué rango terminará.

De los mencionados que no estaban en los planes de nadie, la mayoría tiene experiencia en la dirigencia o la gestión pública: De los Ríos es director de la Escuela Boero y fue director de EGB 3 del Ministerio de Educación; Sánchez es otorrinolaringólogo y ha presidido o integrado asociaciones de profesionales ligadas a su trabajo. Baistrocchi, Gattoni y Díaz Cano han acompañado al pocitano en sus gestiones y Ortiz Andino, viene manejando Vialidad Nacional desde hace años.

Es una sorpresa la patriada de Ana María López, la jefa comunal de Rivadavia que perdió la contienda por su reelección. Según aseguraron fuentes del oficialismo, la docente se irá a Capital Federal a manejar la Casa de San Juan en Buenos Aires. Ana María pudo haberse quedado en el gremio docente que maneja su hermana, o como asesora de Uñac, donde la comodidad la invadiría, pero prefirió seguir haciendo carrera. Al igual que cuando se hizo cargo de la Dirección del Consumidor, Ana María elige trabajar en política y no vivir beneficiada de ella, que es lo que muchos hubiesen preferido en su lugar. A Defensa al Consumidor la docente le dio otro carácter, que después arruinó Elías Álvarez, veremos si le va igual en este nuevo emprendimiento.

Aún resta saber qué hará Uñac con Dante Elizondo, titular de Turismo, que también perdió una elección, y con Daniel Molina, quien está a cargo de Desarrollo Humano y corrió la misma suerte electoral que Ana María y Dante. Se han mencionado los nombres de Walberto Allende y de Alberto Hensel, pero hasta el momento ninguna fuente pudo confirmar ni descartar que los actuales intendentes salientes de 9 de Julio y Sarmiento respectivamente, estarán o no en el equipo de Uñac. Un dato a favor de ellos es que el gobernador electo tiene excelente relación con ambos y considera, según los íntimos, que las gestiones que hicieron los beneficia, pero aún nadie dice nada. Es muy probable que Uñac ya tenga una decisión tomada, pero por el impacto que tendrá conocer si Molina o Elizondo siguen o no, la debe estar guardando para el final. Veremos.

El Ministerio de Minería es una gran incógnita. Uñac estuvo dialogando con distintos referentes del sector y uno pintaba para hacerse cargo del sillón de Felipe Saavedra, pero las negociaciones no llegaron a buen puerto. Lo mismo pasó en Ciencia y Técnica, lugar que hoy ocupa Tulio Del Bono.

Lo otro que llama la atención es el evidente giro en el perfil que le darán a la Secretaría General de la Gobernación, comandada hasta el 10 de diciembre por Walter Lima. El funcionario, de estrechísima relación con el gobernador José Luis Gioja, gozó de una libertad que no tuvo ningún otro para tomar decisiones claves hasta en los momentos más complejos de las tres gestiones del actual gobernador. Esa facultad se la dio Gioja, obviamente, y Lima la usó para ayudar al mandatario en cuanto pudo, como lo han hecho uno con el otro desde que se conocen. Pero parece que el nuevo equipo quiere un cambio en la famosa Secretaría. Y es que a juzgar por los trabajos anteriores y la personalidad del nuevo secretario, la repartición que hoy maneja Lima no será igual. Juan Flores es contador público nacional y fue contador del Municipio de Pocito en la primera y convulsionada gestión de Uñac en ese departamento. Después, en el segundo mandato, Flores fue concejal. Y actualmente es secretario de Hacienda del intendente Favio Aballay. ¿Por qué otro carácter? Aseguran que Flores se dedicará más a hacer el trabajo que le demande la secretaría, hablará poco y no se meterá, a menos que Uñac se lo pida, en la interna del peronismo, algo en lo que Lima se involucró durante muchos años. Parece que al menos en ésta primera etapa esos temas los manejará el gobernador electo en persona, según aseguraron distintas fuentes. No es que Flores no sea de la confianza del actual vicegobernador, todo lo contrario: cuentan que Aballay, Flores y Uñac son amigos de la infancia, incluso, compañeros los dos primeros de la Escuela Secundaria y amigos con el nuevo gobernador en épocas de juventud. Confianza sobra, la estrategia, parece, es otra. Ni mejor ni peor, es otra.

De los funcionarios mencionados en esta nota, el promedio de edad da 47,7 años. La cifra, muy caprichosa porque hay muchos nombres que faltan, puede ser un símbolo del cambio de época que se viene. Veremos.