¿Qué tiene en común Venecia, Roma, Verona…Cuzco, Potosí u Oruro? …o Córdoba, La Rioja, San Luis o nuestro San Juan mismo?: sus plazas. Cada una con lo suyo, San Marcos con sus palomas y máscaras venecianas del carnaval, Piazza Erbe con la fachada colosal de la Arena di Verona, espacio de las óperas inolvidables llena de bares y cafés junto a edificios de fachadas continuas, la de Roma con sus turistas siempre ocupándola, noche y día, haciéndola propia, intransferible.
La de Armas allá en Cuzco, con su Historia Mágica en sus paredes, veredones altos y solados impecablemente limpios.
Así todas, las de Potosí y Oruro, con el redoblante rítmico y sus vientos de bronces que anuncian y preparan el próximo carnaval del altiplano.
Argentina hilvana también su propia cultura. La Pringles de la Catedral, en la punta… La cordobesa San Martín de la protesta y nuestra 25, hoy gracias a Dios, de los jóvenes estudiantes!
Esa misma relación intangible de espacio-cultura, se verifica de manera contundente en nuestra Plaza de Tudcum, Iglesiana si las hay.
Escalas distintas en la grandiosidad espacial de algunas de ellas frente a la humildad pueblerina de otras, pero exactas en lo conceptual de su finalidad social y de uso.
Ya Sarmiento solía decir que viendo las plazas de los pueblos, uno advertía rápidamente el nivel cultural de sus habitantes. ¡Cuanta verdad, cuanta sabiduría!
Allí fui a relacionarme con la historia de Tudcum, a descubrir la esencia de sus artesanos, de sus tejedoras y de sus dulces incomparables. Revisando mantas y colchas todas hechas con telar de varas y peine, motivos iconográficos característicos, paletas cromáticas, texturas…
También me detuve en la fuerza expresiva de la cultura ancestral pre-hispánica de estos territorios…¡Qué buena tarea es leerse a uno mismo desde sus esencias y raíces culturales, de vez en cuando, como ejercicio reflexivo, para reforzar el por qué de ciertas propuestas que debemos dar en esto de diseñar espacios públicos.
Las herramientas son concordantes, el hilado abrigando el uso, el telar bajo alguna sombra protectora. Y el dulce, la paciencia y las pailas, que concluyen en el punto justo de la cocción y el sabor.
De toda esas referencias se nutrirá nuestro proyecto, a la vez de brindar un tratamiento mas abarcativo e integrador al proponer intervenir también en las fachadas de los frentistas que dan a la Plaza.
Jugará un rol de mucha importancia la relación Plaza-Atrio de la Iglesia, al oeste, en donde se proponen soluciones correctivas a ciertos errores cometidos.
La propuesta incluye el uso de piedras y tapias de tierra apisonada, adoquinados de pisos y soluciones que ofrezcan recorridos sin barreras arquitectónicas. Se seleccionará una paleta de colores que refuercen estos tratamientos.
La Plaza, deberá ser el lugar de encuentro de artesanos, tejedoras y elaboradores de dulces caseros, pero también una biblioteca a cielo abierto, con libros y sin ellos, tal vez de historias relatadas: de convergencia entre pobladores y visitantes.
Por lo tanto se propone un equipamiento permanente para puestos de exposición y ventas, a la vez de juegos infantiles, bancos, gradas de uso grupal y como en toda plaza: un área central de ceremonias.
Si bien la Plaza de Tudcum ya tiene nombre que la identifica (Dr. Héctor S. Roco), creo como proyectista de esta Puesta en Valor, que deberíamos aprovechar esta oportunidad para reconocer a ciertos personajes que construyeron esta historia colectiva tudcunera .
Por ejemplo al visionario Don Eugenio Reverendo Cuiñas, que prácticamente fundó desde su esmerada y cotidiana acción, allá en las primeras décadas del 1900, este espacio público, plantando y replantando los hoy añosos árboles existentes, en tiempos de animales sueltos y de algún que otro desaprensivo que no llegaba a comprender la importancia de crear plazas. Un sector, a lo menos, debería reconocer a tan loable esfuerzo de este caracterizado vecino.
Por último, se propone con el objetivo de fortalecer lazos de identidad colectiva, sellar en la cara externa del muro curvo envolvente de las gradas del espacio central, al menos el nombre y apellido de un antepasado de cada una de las familias que hoy habitan el pueblo de Tudcum. En tal sentido, el Municipio debería articular con cada una de ellas, la selección de los mismos.
(*) Responsable del proyecto.
