En la ciudad tucumana de Famaillá, un parque temático histórico del bicentenario recrea esta escena con una bella escultura En la que el General Manuel Belgrano declara a Nuestra Señora de la Merced, Generala del Ejército.

Cada 24 de septiembre, la Iglesia Católica celebra a la Virgen de la Merced. El nombre de esta advocación refiere a la misericordia de Dios con sus hijos. Dios nos ha dejado en la Virgen María un canal de gracia y una intercesora. "Merced" significa "misericordia". Los orígenes de esta advocación se remontan al siglo XIII, cuando la Virgen se le apareció a San Pedro Nolasco para animarlo a liberar a los cristianos cautivos (prisioneros) de los musulmanes.

En aquel tiempo, los "moros" saqueaban los pueblos costeros del Mediterráneo para llevarse prisioneros en calidad de "esclavos". Generalmente, los cautivos eran cristianos. Estos eran sometidos a trabajos forzosos, prisión, maltratos y abandono. 

Pedro Nolasco, un comerciante establecido en Barcelona, España, al ver esta situación, empezó a usar su propio dinero para liberar a los cristianos cautivos. Nolasco "compraba" esclavos o los intercambiaba por mercancías consiguiendo así su libertad. Cuando se quedó sin recursos, formó grupos de ayuda para pedir limosna, y así financiar expediciones para negociar la "redención" de prisioneros. Los recursos conseguidos, pasado un tiempo, también se hicieron insuficientes.

"La Patria puede gloriarse de la victoria que han obtenido sus armas el día 24 del corriente, día de Nuestra Señora de la Merced, bajo cuya protección nos pusimos". (General Manuel Belgrano).

LA ORDEN REAL Y MILITAR

Nolasco se descubrió impotente para lograr su cometido y pidió a Dios la ayuda necesaria. En respuesta, la Virgen se le apareció y le pidió que funde una congregación. María le dijo: "No dudes en nada, porque es voluntad de Dios que se funde una orden en honor mío".

San Pedro Nolasco organizó junto con sus amigos el grupo inicial de lo que sería la "Orden Real y Militar de Nuestra Señora de la Merced y la Redención de los Cautivos", más conocidos como "Mercedarios". La fundación de la Orden data del 10 de agosto de 1218 en Barcelona. 

Los Mercedarios, aparte de los votos de pobreza, castidad y obediencia, hacían un cuarto voto, en el que se comprometían a dedicar su vida a liberar esclavos, y, si fuese necesario, quedarse en lugar de algún cautivo en peligro de perder la fe, o por el que no hubiera dinero suficiente para lograr su liberación. Muchos de ellos entregaron su vida, acogiéndose a la "Merced" de Nuestra Madre.

LA DEVOCIÓN 

Años más tarde, el Papa Inocencio XII fijó el día 24 de septiembre como la fecha en la que se debe celebrar la fiesta de Nuestra Señora de la Merced. 

La devoción a la Virgen de la Merced se difundió muy pronto por Cataluña y por toda España, por Francia y por Italia. 

Con la Evangelización de América, en la cual la Orden de la Merced participó desde sus inicios, la devoción se extendió y arraigó profundamente en todo el territorio americano.

La iconografía usada para representar a la Virgen de la Merced queda definida a partir del siglo XVI, consistiendo fundamentalmente en el hábito mercedario: túnica, escapulario y capa, todo en color blanco, con en el escudo mercedario en el pecho. 

GENERALA DEL EJÉRCITO ARGENTINO

Nuestra Señora de la Merced ostenta el patronazgo de muchas ciudades y localidades españolas e hispanoamericanas. En Argentina es Patrona y Generala del Ejército Argentino. 

La historia nos cuenta que el General Manuel Belgrano, durante la batalla de Tucumán, el 24 de septiembre de 1812, en plena guerra por la independencia, puso toda su confianza en Dios y en nuestra Señora de la Merced, a quien adoptó como Patrona del Ejército.

La mañana del día en que se libró el combate, el General Belgrano estuvo rezando largo rato ante el altar de la Virgen. Después de la victoria, en el parte de guerra que transmitió al gobierno, escribió textualmente: "La Patria puede gloriarse de la victoria que han obtenido sus armas el día 24 del corriente, día de Nuestra Señora de la Merced, bajo cuya protección nos pusimos". 

Belgrano, conmovido por el triunfo, nombró a la Virgen de la Merced como Generala del Ejército. Días después hizo oficiar una misa en honor a la Virgen durante la cual le entregó su bastón de mando, el que colocó entre los pliegues y cordones de su manto. 

CENTENARIO Y CORONACIÓN

En el año 1912, al cumplirse el Centenario de la Batalla de Tucumán, la imagen de nuestra Señora de la Merced, fue coronada solemnemente en nombre del Papa San Pío X. Estos hechos dieron origen no sólo a la condición de Patrona de la Virgen de la Merced, sino también a la profunda devoción que existe en nuestro país hacia esta advocación de la Virgen María.

En atención a la realidad que hoy atravesamos, es una ocasión propicia para volver a colocar a nuestra Patria bajo la protección de nuestra Madre Celestial, Nuestra Señora de la Merced.

 

Por: Juan Manuel García Castrillón
S.T.D. Abogado