En San Juan, en departamentos como Calingasta trabajan para la convivencia entre minería y vitivinicultura.

En una patética declaración el presidente de Bodegas de Argentina afirmó en Mendoza que: “Esperamos que el desarrollo minero se dé en zonas donde no afecte los recursos naturales, visuales ni sociales. La agricultura es agua-dependiente, en cantidad y calidad. Solicitamos que prime la racionalidad al momento de autorizar los futuros desarrollos mineros”.

Se mete con lo que no conoce. Sus penosas declaraciones muestran una realidad oculta, el sector minero paga salarios que triplican los que pagan bodegueros y viñateros. También son poco significantes en la generación de divisas respecto a otros sectores económicos.

¿Que explique por qué en Chile, el mayor productor de cobre del mundo, lo que dice que va a pasar sí se desarrolla la Industria Minera, al oeste de Mendoza donde ya se desarrolló eso no ocurre?

Que le cuente al país cómo hacen del otro lado de la Cordillera para exportar 60 millones de cajas de uva en fresco a USD 25 promedio por caja, lo que le representa a Chile más ingresos que a nosotros la totalidad del complejo UVA, como grafica claramente la publicación del INDEC.

Las exportaciones del complejo uva en el 2022 fue de 1.000 millones de dólares, el 1,13% de las exportaciones argentinas.

Esa Argentina también debe quedar atrás, la mentira que busca asustar, la de los subsidios permanentes porque lo que se produce no alcanza para pagar insumos y salarios. El país para unos pocos con poder político y privilegios sin fin, mientras una mayoría de mendocinos y argentinos se empobrecen sin parar.

Que este vociferante de falacias les explique a las provincias vitivinícolas porqué el país que exporta 58.000 millones de dólares anuales de su riqueza mineral, posee una potente vitivinicultura aguas abajo de las faenas mineras.

Tal vez la diferencia radique en otro lado, en algo mucho más simple y revelador. Si un trabajador minero con su familia lo decide, puede asistir a festivales tan importantes como el de la vendimia y vacacionar.

En todos los países conviven vitivinicultura y minería. Solo en Argentina intereses sectoriales apelan al miedo y mentiras para mostrarlas como actividades antagónicas. Es hora de empezar a transitar un sendero de desarrollos, donde se brinden posibilidades de más y mejores trabajos.

 

Por Mario Capello
Grupo Sarmiento