En forma contraria a los pronósticos de muchos analistas económicos, de que la recesión se prolongaría en el tiempo con cambios significativos en el funcionamiento de la economía mundial, se advierten claros indicios de una recuperación que se está dando sin presiones inflacionarias -como se tenía la certeza de que ocurriría-, y en algunos casos hasta con desflación.
Algunos expertos sostiene que todo indica que la recuperación se consolidará en los próximos trimestres y que casi todas las regiones, incluyendo América latina, crecerán.
De acuerdo a esta lectura, la Argentina también se está beneficiando con este crecimiento. La crisis económica internacional y la sequía redujeron el valor de las cosechas de granos y oleaginosas en más de 15 mil millones de dólares, al mismo tiempo que se dificultaron las ventas al exterior de automotores, cueros, aluminio y otros productos. Pero ahora la recuperación económica mundial impulsó la suba reciente del precio de las materias primas.
Se considera que si los factores meteorológicos mejoran, es posible proyectar una recuperación del valor de la cosecha superior a los 8 mil millones de dólares y un crecimiento de las exportaciones cercano a los U$S 10 mil millones. Esto ayudaría a consolidar las cuentas fiscales y a contribuir al bienestar general. Pero no hay que engañarse y estar atentos a que éstos ingresos no son suficientes para resolver todos los problemas del país. Seguramente, habrá que poner de manifiesto una mayor vocación por interpretar el comportamiento de la economía global, para sacar un mayor provecho de estas contingencias.
