En su primera actuación ante el Comité de Descolonización las Naciones Unidas, el nuevo canciller argentino Héctor Timerman hizo una enfática defensa de nuestra soberanía en las islas Malvinas y demás territorios australes en poder del colonialismo británico.

El ministro de Relaciones Exteriores utilizó un nuevo perfil diplomático al señalar tanto los antecedentes históricos irreprochables que avalan la legitimidad del reclamo argentino pero también de los últimos acontecimientos impulsados por Londres, como la exploración de hidrocarburos en torno a las islas, calificada por el funcionario como una rapiña de los recursos naturales. La fuerte crítica de Timerman fue enmarcada en la posición "’belicista” del Reino Unido dentro de su aventura colonialista, según afirmó, que puede acarrear consecuencias impredecibles al medio ambiente si se produjera un derrame de crudo incontrolable, similar a la catástrofe ecológica del Golfo de México.

El nuevo reclamo de Argentina ante la comunidad internacional por Malvinas, tuvo apoyo solidario del bloque latinoamericano y de otros países reunidos en Nueva York. Este clima favorable indica que el tema Malvinas debe estar permanentemente en la agenda de los organismos de la ONU y en una prédica diplomática que señale la necesidad de resolver un conflicto casi bicentenario que es una afrenta a la convivencia civilizada de la humanidad en este mundo globalizado.

Los derechos soberanos irrenunciables e imprescriptibles de la Argentina sobre las Islas Malvinas y demás territorios ocupados por Gran Bretaña, están consagrados en nuestra Constitución. Es un objetivo histórico planteado como política de Estado.