Todos somos conscientes de que la escasez de agua que soporta San Juan en particular, y la región de Cuyo en general, es grave y puede llegar a empeorar aún más por las condiciones climáticas globales nada alentadoras. Se sabe que las nevadas que esta temporada se han producido en la cordillera no aseguran el escurrimiento que hace falta para recuperar las reservas hídricas de los diques ni de los acuíferos subterráneos, que están en un bajo nivel y, en algunos casos, con agua de mala calidad. De todas maneras, todos estos aspectos deberían estar siendo analizados, o puestos en la consideración de un comité de expertos del más alto nivel, que el gobierno ya tendría que haber promovido para que analice y estudie en profundidad este flagelo, a fin de que sean tomadas medidas urgentes.
La sequía que padece actualmente San Juan es de una gravedad tan grande que de continuar en los próximos años se puede poner en peligro los cultivos y la propia vida de los pobladores en los distintos valles de la provincia.
Si bien hay muchos organismos nacionales y provinciales que se han hecho eco de esta sequía, como la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), la constelación SAOCOM que monitorea el estado de la cuencas hídricas; el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA); el Instituto Nacional del Agua (INA); el Centro Regional de Aguas Subterráneas (CRAS); la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) y, con la coordinación del gobierno, la Mesa del Agua, integrada por todos los sectores de la vida provincial, es preocupante que a casi dos años de haberse decretado la emergencia hídrica todavía no hay un diagnóstico claro de la situación real en la que se encuentra la provincia ni acciones concretas y efectivas para preservar las reservas hídricas.
Los estudios se han comenzado a realizar, pero hasta el momento no hay ninguno finalizado y tampoco se informa concretamente sobre el avance de los mismos. El Gobierno debería tener al tanto a la comunidad sobre cada uno de los resultados que se van obteniendo, ya que se sabe que la situación es grave, pero no qué tan grave es y hasta dónde se va a poder llegar si no cambian las condiciones climáticas, algo que los meteorólogos y expertos en clima dudan que pueda ocurrir a la brevedad.
Todo indica que la próxima temporada de verano en el hemisferio sur será muy dura en relación a las elevadas temperaturas, y en esto también tendrá incidencia la sequía ante la necesidad de contar con agua suficiente para los cultivos y el consumo humano ante el mayor requerimiento de este elemento vital.
Asegurar el agua a la población
San Juan tiene actualmente más de 800.000 habitantes y es deber del gobierno y de todos los organismos que intervienen en la administración y distribución de los recursos hídricos asegurar que el agua alcance y pueda ser aprovechada por todos los habitantes, en cumplimiento a la consigna que indica que el acceso al agua es un derecho humano.
Las restricciones en el uso del agua, como ocurre en varios países del mundo que sufren sequías, son causantes de numerosos problemas, especialmente en aquellos lugares con ocupaciones masivas como los hospitales, las escuelas y otras dependencias públicas en las que es necesario un abastecimiento normal para evitar complicaciones vinculadas a las deshidrataciones o a carecer del agua necesaria para determinadas tareas como la que cumplen los bomberos.
Según el INTA, la situación en la que nos encontramos es porque en los últimos 5 años se perdió el 20% del área ocupada por el hielo de los glaciares y el 50% de la nieve que en ambos casos alimentaban la cuenca del río San Juan, todo esto a consecuencia de la disminución de las precipitaciones y el aumento de la temperatura media que se registra en la región.
Aspectos a tener en cuenta
Mientras la sequía persiste poniendo en riesgo varios aspectos de la vida de los sanjuaninos hay aspectos a tener en cuenta sobre los que se debe trabajar en búsqueda de atenuar la crítica situación, y que pasan por la obtención de nuevas fuentes de agua y su distribución tanto para consumo humano como para los cultivos. Determinar fehacientemente el potencial de los acuíferos es básico. Además del acuífero del Gran San Juan, la provincia cuenta con más de una docena de otros reservorios distribuidos en todo el territorio provincial que, determinando su capacidad, podrían ser utilizados para abastecer distintas zonas o departamentos mediante perforaciones. Valle Fértil; Mogna y Huaco, en Jáchal; Calingasta y Pedernal en Sarmiento son algunas de las localidades y departamentos que cuentan con acuíferos de los que han estado aportando agua de buena calidad para el consumo humano y cultivos. De todas maneras falta actualizar estudios para determinar su real potencial y aplicar nuevas tecnologías de distribución de agua para aprovechar con más efectividad el agua que se está sacando de estas fuentes.
Hay que tener en cuenta que en San Juan, además de los pozos particulares, hay 11 baterías con 235 perforaciones que son de gran utilidad en épocas de sequía, a las que hay que optimizar para que sigan cumpliendo con su propósito. Actualmente los pozos están dotados de adelantos tecnológicos que permiten controlar la distribución del agua para evitar el derroche, en aquellas áreas de riego en las que se ha avanzado con los sistemas de riego por goteo. Con el advenimiento de la sequía se comenzó a promover con mayor insistencia la conversión del riego por goteo aunque con poca adhesión por parte de los productores, algo que también debería cambiar en beneficio de cuidar el agua.
En espera de las conclusiones
La emergencia hídrica declarada en la provincia debería promover una serie de acciones para contrarrestar la sequía, que a simple vista no se observan, lo que hace temer por la pasividad con la que se está abordando el tema. Es evidente que lo que se ha hecho hasta ahora es muy poco o no ha sido comunicado de la manera más conveniente por lo que la mayoría de la población no puede dimensionar la gravedad del problema. Se dicen que son varios los organismos que están trabajando pero lo cierto es que no hay conclusiones y se sigue esperando algunos informes, como por ejemplo el de la cantidad de agua que tienen los acuíferos que en su gran mayoría todavía no han sido medidos o analizados. Hasta ahora el único dato concreto es el de los perforistas que están haciendo excavaciones que van de los 180 a 200 metros de profundidad para encontrar agua en los acuíferos, lo que cada vez es más trabajoso y complicado.
La actual crisis hídrica nos encuentra justo en medio de un cambio de gobierno. A partir del 10 de diciembre próximo tendremos nuevas autoridades en la provincia, por lo que es necesario que el tema del agua tenga prioridad dentro de la transición. Las autoridades salientes y entrantes ya deberían estar abordando esta crisis, dada la trascendental importancia que el agua tiene para la vida de la provincia.
Por Alfredo Correa
DIARIO DE CUYO