La realidad siempre ofrece aspectos de dinámica social que superan las perspectivas subjetivas e institucionales ya existentes y que traen una legitimación afirmada en el tiempo y la tradición.

En esta ocasión es dable observar como dos presidentes de países tan importantes, por tamaño demográfico y económico, como son EEUU y Brasil, han cambiado o adaptado a nuevos parámetros la relación comunicacional entre la autoridad máxima del país con la opinión pública y la ciudadanía.

Esa transformación se ha verificado en que tanto Trump como el presidente electo de Brasil Jair Bolsonaro, han adoptado a la red social Twitter como su vehículo preferido para pronunciarse en puntos tácticos y estratégicos de su gestión antes que, inclusive, traten institucionalmente los temas que hacen al objeto de su alocución.

Se prefiere la velocidad de la información sobre el movimiento de formación de la voluntad política e institucional que es más lento, no porque sea deficiente, sino, porque es más profundo y busca abrazar una legitimidad más racional y democrática.

Pero también, desde lo simbólico, se prefiere destacar el protagonismo personal por sobre las instituciones que tienen mecanismo más complejos e intrincados, pero, que son los que marcan la constitución y toda la normativa que se arraiga en la forma republicana de gobierno.

Se desplazan así, inclusive, aspectos tradicionales de la política como el discurso directo y en vivo a un auditorio que se convoca libremente a oír la propuesta de sus líderes o espacios políticos.

Es evidente, por otro lado de la cuestión, que se busca la facilidad y comodidad por la vía rápida que brindan unos escasos números de caracteres para modular con la mayor brevedad posible la comunicación social y política.

Pero esa facilidad de la comunicación abreviada también es una forma de predisponer a no desarrollar públicamente los temas en su real dimensión y profundidad.

Ahora ya no hay conclusiones brindadas en conferencia luego de una formal reunión de gabinete estricto, ampliado, general, o por área ministerial. Parece una cosa en franco desuso este mecanismo que fue antes el núcleo central de la forma de abordaje, resolución y comunicación.

El argumento que dan para esta nueva forma de la dinámica comunicacional social, es que, es sólo para instalar en el debate social temas importantes.

Esa extrañeza temporal del lanzamiento del mensaje es porque permite transitar temas de días hábiles en días feriados, en un fin de semana y a cualquier hora y, por lo tanto, el empleo de mecanismo para temas institucionales, sólo puede llamar la atención por estos aspectos formales de la comunicación.

Es verdad que la generalidad, lo repentino y lo inesperado del mensaje cifrado en caracteres mínimos, cruza horizontalmente a toda la sociedad y hace mover y formar opinión de temas a toda la sociedad en un tiempo récord. Por un lado, ello, es de un cierto sesgo democrático, pero, también abre la posibilidad a que se forme una opinión tan rápida como proporcional al desconocimiento en más detalles esenciales del tema.

Por el Dr. Mario Luna y Fabián Núñez
Ex presidente y ex asesor del Concejo Deliberante de Jáchal, respectivamente.