Una vez más, el intempestivo derecho de huelga hizo víctimas a niños, docentes y familias que nada tienen que ver con un plus salarial que desde hace diez días reclaman los trabajadores del Obrador Central de la Dirección de Arquitectura. El estado de "asamblea permanente”, eufemismo de paro total de actividades en el lugar de trabajo -incluyendo cortes de calle-, impide que la repartición atienda la reparación y mantenimiento de edificios públicos, como ocurre en la Escuela Dr. Honorio Pueyrredón, ubicada en Villa Morrone, Chimbas.

En ese local escolar colapsaron los pozos sépticos, se rompió una electrobomba que alimenta a los tanques elevados y por ello tampoco tiene agua, situación que obligó a las autoridades escolares a suspender las clases desde la semana pasada, a pesar de que el secretario general del Sindicato Empleados Públicos, promotor de la huelga, aseguró a este diario que el Obrador tiene guardias mínimas garantizadas. La realidad muestra otra cosa: un paro irracional que afecta a los sectores más vulnerables de la sociedad, como en este caso a una escuela de Chimbas con una matrícula numerosa sin asistir a clase desde el 13 del corriente.

Lejos de ser un caso aislado, se trata de otra huelga destinada a causar daño para que las consecuencias sociales tengan repercusión mediática y precipiten soluciones políticas. Y más allá de la extemporaneidad de este paro, sorprende que el Ministerio del cual depende el Obrador, no haya buscado soluciones alternativas en otras dependencias del área, porque no sólo están en juego los días de clase perdidos sino el suministro de la copa de leche, el desayuno que para muchos chicos del lugar es la única comida del día.